Millones de iraníes salieron a las calles para dar la bienvenida a la llegada de Jomeini a Irán. Su regreso marcó un importante punto de inflexión en el proceso revolucionario, ya que dio al movimiento un líder claro y solidificó el apoyo del público iraní al derrocamiento del régimen del Sha.
La llegada de Jomeini a Teherán simbolizó el triunfo de la Revolución iraní, que buscaba reemplazar el gobierno autoritario del Sha por un gobierno islámico basado en los principios del Islam chiita. La revolución se había estado gestando durante varios meses, con manifestaciones y protestas generalizadas en todo el país. El regreso de Jomeini supuso el empujón final para la caída del régimen del Shah, que condujo al establecimiento de la República Islámica de Irán unos meses después.