Till, que era de Chicago, estaba visitando a sus familiares en Money cuando supuestamente coqueteó con una mujer blanca llamada Carolyn Bryant en Bryant's Grocery and Meat Market. Cuatro días después, el marido de Bryant, Roy, y su medio hermano, J.W. Milam, secuestró a Till de la casa de su tío en medio de la noche.
Till fue llevado a un granero, donde fue golpeado y torturado durante horas. Luego le dispararon en la cabeza y lo arrojaron al río Tallahatchie. Su cuerpo fue encontrado tres días después, en grave estado de descomposición y desfigurado.
Una autopsia reveló que a Till lo habían golpeado con un objeto contundente, le habían disparado en la cabeza y le habían arrancado el ojo derecho. Su cuerpo también presentaba señales de tortura, incluidas quemaduras y cortes.
Los dos sospechosos, Roy Bryant y J.W. Milam, fueron arrestados y acusados del asesinato de Till. Sin embargo, fueron absueltos por un jurado compuesto exclusivamente por blancos después de un juicio de seis días. El juicio fue ampliamente criticado por su falta de imparcialidad y el veredicto fue visto como un error judicial.
El caso de Emmett Till atrajo la atención nacional y provocó indignación en todo el país. Se convirtió en un grito de guerra para el movimiento de derechos civiles y ayudó a crear conciencia sobre la brutalidad y la discriminación que enfrentaban los afroamericanos en el Sur.
En 2004, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos reabrió el caso de Emmett Till, pero se negó a procesar a Bryant o Milam por falta de pruebas. En 2007, el Congreso aprobó una resolución en la que lamentaba que el Senado no hubiera aprobado en el pasado legislación contra los linchamientos.
La Comisión Conmemorativa de Emmett Till se estableció en 2007 para preservar y conmemorar el legado de Till. En 2018, se dedicó un monumento a Till en el lugar donde se encontró su cuerpo.