Sin embargo, lograr una objetividad total en la escritura histórica suele ser un desafío, ya que los historiadores están influenciados por sus propias experiencias, valores y perspectivas. Para luchar por la objetividad, los historiadores emplean varios métodos, tales como:
1. Investigación exhaustiva: Los historiadores recopilan información de una amplia gama de fuentes para garantizar una comprensión integral del tema. Esto incluye examinar fuentes primarias (como documentos oficiales, cartas, diarios) y fuentes secundarias (como artículos académicos, libros).
2. Análisis crítico: Los historiadores evalúan críticamente las fuentes para determinar su confiabilidad y validez. Consideran factores como los prejuicios, la autenticidad y el contexto.
3. Múltiples perspectivas: Los historiadores pueden incluir diferentes puntos de vista e interpretaciones de varios individuos o grupos involucrados en el evento histórico. Esto permite una cuenta más equilibrada y completa.
4. Transparencia: Los historiadores reconocen abiertamente cualquier posible sesgo o limitación en su investigación. Proporcionan a los lectores la información necesaria para evaluar la validez de sus argumentos y conclusiones.
Si bien la objetividad es un principio rector, no implica que la escritura histórica deba ser imparcial o estar completamente libre de interpretación. Los historiadores todavía emiten juicios y eligen qué aspectos del pasado enfatizar en función de su investigación y contexto histórico. Sin embargo, la lucha por la objetividad permite una mayor comprensión del pasado y fomenta una mayor exploración académica.