Durante la edad de hielo, gran parte de la Tierra quedó cubierta por glaciares, lo que cambió significativamente el clima y la vegetación. El clima se volvió más frío, con inviernos largos y duros y veranos más cortos y frescos. Muchas especies de plantas no pudieron sobrevivir a estas condiciones, lo que provocó una disminución de la diversidad y abundancia de las plantas. Esta reducción de los recursos vegetales hizo que la agricultura fuera difícil, si no imposible, en muchas regiones.
Grandes mamíferos
La edad de hielo se caracterizó por la presencia de megafauna, como mamuts, mastodontes, perezosos terrestres gigantes y tigres dientes de sable. Estos grandes mamíferos proporcionaron una rica fuente de alimento para los humanos. Cazar estos animales requirió cooperación, herramientas especializadas y estrategias, que contribuyeron al desarrollo de estructuras sociales humanas e innovaciones tecnológicas.
Movilidad y Adaptación
El estilo de vida de cazadores-recolectores permitió una mayor movilidad y flexibilidad en respuesta a las condiciones ambientales cambiantes. A medida que las capas de hielo avanzaban y retrocedían, los cazadores-recolectores podían trasladarse a zonas con condiciones más favorables para la caza y la recolección. Esta adaptabilidad les ayudó a sobrevivir en el duro e impredecible clima de la edad de hielo.
Disponibilidad de recursos
Durante la edad de hielo, muchas regiones experimentaron escasez de recursos, incluidas plantas y frutas comestibles. Esta escasez hizo necesario que los humanos dependieran de la caza y la recolección como principal medio de subsistencia. La caza proporcionaba una fuente fiable de proteínas y grasas, mientras que la recolección complementaba su dieta con vitaminas y minerales esenciales.