La marcha fue dirigida por el Ejército Imperial Japonés y tenía como objetivo trasladar prisioneros a campos de prisioneros. Aproximadamente 10.000 prisioneros de guerra murieron durante la marcha, ya sea por agotamiento físico, desnutrición, enfermedades o ejecuciones sumarias. La Marcha de la Muerte de Bataán está considerada uno de los peores crímenes de guerra cometidos durante la Segunda Guerra Mundial.
La marcha fue ordenada por el general japonés Masaharu Homma, quien era comandante de las fuerzas japonesas en Filipinas. Homma quería trasladar a los prisioneros a un campo permanente lo antes posible porque le preocupaba un contraataque aliado. También creía que la marcha intimidaría a la población filipina y la disuadiría de luchar contra los japoneses.
La marcha comenzó en el aeródromo de Mariveles, donde fueron llevados los prisioneros de guerra tras la rendición de Bataan. A los prisioneros, en su mayoría soldados estadounidenses y filipinos, se les ordenó caminar unos 105 kilómetros (65 millas) hasta Camp O'Donnell en la ciudad de Capas, Tarlac.
La marcha se llevó a cabo en condiciones extremadamente difíciles. A los prisioneros se les dio poca comida y agua y se los obligó a marchar bajo el sol abrasador. Muchos de los prisioneros estaban enfermos o heridos y algunos estaban descalzos. Los guardias japoneses eran brutales y a menudo golpeaban o mataban a los prisioneros que no podían seguir el ritmo. La marcha duró cinco días y fue una experiencia horrorosa para los prisioneros.
Cuando los prisioneros finalmente llegaron al Campamento O'Donnell, se encontraban en condiciones terribles. Muchos de ellos estaban hambrientos, enfermos y al borde de la muerte. El campo estaba superpoblado y carecía de condiciones sanitarias adecuadas, lo que provocó el brote de enfermedades. Miles de prisioneros murieron en el campo y los que sobrevivieron fueron finalmente enviados a campos de trabajo o trasladados a otras prisiones.
La Marcha de la Muerte de Bataan fue un crimen de guerra cometido por el ejército japonés. Fue un acto intencional de crueldad y brutalidad que resultó en la muerte de miles de prisioneros de guerra. La marcha es un recordatorio de los horrores de la Segunda Guerra Mundial y el costo de la guerra.