1. Esterilización forzada: El gobierno nazi implementó una política de esterilización forzada para personas sordas. Esto era parte de su programa de eugenesia, destinado a eliminar rasgos genéticos considerados "indeseables". Las personas sordas fueron esterilizadas sin su consentimiento o conocimiento para evitar que transmitieran su "discapacidad".
2. Experimentos médicos: Las personas sordas fueron sometidas a experimentos médicos realizados por médicos y científicos nazis. Estos experimentos, a menudo crueles e inhumanos, tenían como objetivo estudiar los "defectos" asociados con la sordera. Un ejemplo infame son los experimentos realizados por el Dr. Julius Hallervorden, quien realizó autopsias a personas sordas y les extrajo el cerebro con fines de investigación.
3. Programa de Eutanasia: Las personas sordas fueron atacadas como parte del programa de eutanasia nazi conocido como "Acción T4". Este programa tenía como objetivo eliminar a las personas consideradas "indignas de vivir", incluidas aquellas con discapacidades como la sordera. Niños y adultos sordos fueron enviados a instituciones especializadas donde fueron sometidos a eutanasia involuntaria, ya sea mediante inyecciones letales o cámaras de gas.
4. Segregación y aislamiento: Las personas sordas a menudo eran segregadas de la población general y enviadas a instituciones o asilos especializados. Estas instalaciones a menudo estaban superpobladas, carecían de personal y recursos adecuados, lo que generaba malas condiciones de vida y una atención inadecuada para las personas sordas.
5. Deportación y Exterminio: Las personas sordas también fueron deportadas a campos de concentración y exterminio junto con otros grupos considerados "indeseables" por el régimen nazi. Muchas personas sordas murieron debido a las duras condiciones de los campos, la negligencia médica, la desnutrición y los asesinatos deliberados. Se estima que miles de personas sordas perdieron la vida durante el Holocausto.
6. Privación del idioma: A las personas sordas se les negó el acceso a su lenguaje natural y a sus métodos de comunicación. En muchas instituciones y escuelas para sordos se desalentó o incluso se prohibió el uso de la lengua de signos. Esta restricción de la comunicación aisló y marginó aún más a las personas sordas, privándolas de su capacidad para expresarse y recibir información de forma eficaz.
El legado del Holocausto para las personas sordas es de profunda pérdida y trauma. Los supervivientes no sólo afrontaron los horrores de la persecución y la discriminación durante la guerra, sino que también continuaron encontrando barreras y desafíos en la sociedad después. La resiliencia de las personas sordas frente a la adversidad y su determinación de preservar su lengua y cultura han jugado un papel crucial en la configuración de la historia y la identidad de la comunidad sorda.