Movimiento sionista: El movimiento sionista, cuyo objetivo era establecer una patria judía en Palestina, cobró impulso durante este período. Muchos judíos vieron la emigración a Palestina como una forma de escapar de la persecución y la discriminación y de construir un Estado judío seguro e independiente.
Oportunidades de avance económico: Algunos judíos abandonaron Europa en busca de mejores oportunidades económicas. Se sintieron atraídos por países como Estados Unidos, Canadá y Argentina, que ofrecían políticas de inmigración relativamente abiertas y potencial de éxito económico.
Reagrupación familiar: Muchos judíos también abandonaron Europa para reunirse con familiares que previamente habían emigrado a otros países. Esto era particularmente común en los Estados Unidos, donde ya se habían establecido grandes comunidades judías que podían brindar apoyo a los recién llegados.
Temores de guerra e inestabilidad política: El ascenso del nacionalismo y el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) provocaron una mayor inestabilidad y malestar en Europa. Muchos judíos temían la posibilidad de conflictos futuros y buscaron seguridad en países más estables.
Es importante señalar que, si bien algunos judíos pudieron salir de Europa antes del Holocausto, muchos no pudieron hacerlo debido a una variedad de factores, incluidas políticas de inmigración restrictivas, limitaciones financieras y falta de conciencia sobre el peligro inminente.