Guillermo el Conquistador utilizó una táctica astuta para obligar a los sajones a retirarse. Ordenó a sus hombres que prendieran fuego al pueblo de Beeding, que estaba situado cerca del campamento sajón. Los sajones, temiendo que su propio campamento fuera el siguiente, abandonaron su posición y huyeron. Este evento se conoce como el "Saqueo de Beeding" y ocurrió el 13 de diciembre de 1066.