1. Liderazgo y Unidad: Toro Sentado jugó un papel fundamental al unir varias bandas Lakota bajo su liderazgo. Al fomentar un sentido de unidad e identidad colectiva, pretendía fortalecer su posición negociadora y su capacidad para resistir la presión externa.
2. Diplomacia: Toro Sentado participó en negociaciones diplomáticas con funcionarios estadounidenses, intentando asegurar los derechos y territorios del pueblo Lakota. Buscó un trato justo, el reconocimiento de su soberanía y la preservación de su forma de vida tradicional.
3. Resistencia: Cuando los esfuerzos diplomáticos fracasaron, Toro Sentado recurrió a la resistencia armada. Lideró a los guerreros Lakota en varias batallas, entre las que destaca la Batalla de Little Bighorn (1876) y la Batalla de Wounded Knee (1890). Estos actos de resistencia tenían como objetivo defender su tierra, sus recursos y su identidad cultural.
4. Preservación Cultural: Frente a las políticas asimilacionistas, Toro Sentado enfatizó la importancia de preservar las tradiciones, ceremonias y creencias espirituales Lakota. Desempeñó un papel crucial en la transmisión del conocimiento y el patrimonio cultural a las generaciones futuras.
5. Alianzas: Toro Sentado forjó alianzas con otras tribus nativas americanas para amplificar su poder colectivo y su influencia en la negociación con el gobierno de Estados Unidos. Buscó unirse contra desafíos compartidos y hacer valer sus derechos como pueblos indígenas.
6. Liderazgo religioso: Toro Sentado tenía una importante posición espiritual entre su pueblo. Empleó rituales, visiones y ceremonias religiosas como medio para guiar e inspirar a los Lakota en sus luchas contra las presiones externas.
A pesar de los esfuerzos y el liderazgo de Toro Sentado, las políticas de expansión, asimilación y expulsión forzada de tierras ancestrales del gobierno de Estados Unidos resultaron en última instancia en la subyugación y marginación de las comunidades nativas americanas, incluido el pueblo Lakota.