1. Sirenas antiaéreas: El sonido de las sirenas antiaéreas era algo común durante la guerra. Alertaron a la gente sobre la aproximación de aviones enemigos y el riesgo de bombardeos. Anne y los demás en el anexo escucharían estas sirenas y se preocuparían por la seguridad de sus familiares y amigos afuera.
2. Sonidos de bombardeos y disparos: El diario menciona los sonidos distantes de bombardeos y disparos, que se intensificaron durante los períodos de intensos combates. Estos sonidos fueron un crudo recordatorio de la violencia y la destrucción que ocurrían en la ciudad.
3. Noticias de arrestos y deportaciones: Anne y los demás a veces recibían noticias sobre el arresto o la deportación de personas que conocían. Este miedo constante a ser descubiertos o llevados aumentaba su ansiedad y los mantenía despiertos.
4. La presencia de soldados: La visión de los soldados alemanes patrullando las calles o registrando casas era un recordatorio de la fuerza ocupante y del peligro de ser atrapados. Anne escribe sobre ver a los soldados desde la ventana del anexo y sentir tanto miedo como enojo hacia ellos.
5. Incertidumbre sobre el futuro: Vivir escondidos significaba que Anne y los demás tenían información muy limitada sobre el progreso de la guerra y las posibilidades de liberación. Esta incertidumbre sobre lo que les deparaba el futuro se sumaba al estrés y la ansiedad que sentían por la noche.
Estos constantes recordatorios de la guerra exterior mantenían a Anne y a los demás en un estado de miedo, ansiedad e insomnio. A pesar de sus esfuerzos por mantener la esperanza y la normalidad dentro del anexo, la realidad de la guerra y los riesgos que enfrentaban estaban siempre presentes.