- Armas químicas: Se trata de armas que utilizan agentes químicos para causar daño o la muerte. Las armas químicas pueden ser letales en pequeñas dosis y pueden extenderse sobre un área grande, lo que las convierte en una amenaza importante. Sin embargo, las armas químicas son relativamente fáciles de detectar y pueden neutralizarse con medidas de protección adecuadas.
- Armas biológicas: Las armas biológicas utilizan microorganismos o toxinas para causar enfermedades o la muerte. Los agentes biológicos pueden ser muy infecciosos y propagarse rápidamente, lo que los convierte en una amenaza potencialmente importante. Sin embargo, las armas biológicas son generalmente más difíciles de producir y difundir que las armas químicas o nucleares, y a menudo se dispone de contramedidas médicas eficaces (como vacunas y tratamientos).
- Armas nucleares: Se trata de armas que utilizan reacciones nucleares para producir explosiones extremadamente destructivas. Las armas nucleares tienen el potencial de causar daños catastróficos y pérdida de vidas, pero también son las más difíciles de desarrollar y utilizar. Las armas nucleares requieren importantes recursos y experiencia para construirse, y su uso probablemente conduciría a graves consecuencias políticas.
El Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos considera que estos tres tipos de armas son amenazas potenciales y asigna recursos en función del nivel de riesgo percibido. Sin embargo, el consenso general entre los expertos es que las armas químicas y nucleares representan una amenaza más inmediata y significativa para la seguridad nacional que las armas biológicas.