La contención se implementó a través de una variedad de medios, incluidas alianzas militares, sanciones económicas y presión política. Estados Unidos y sus aliados formaron alianzas militares como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Organización del Tratado del Sudeste Asiático (SEATO) para disuadir la agresión soviética. También proporcionaron ayuda militar y económica a países amenazados por el comunismo.
Estados Unidos también utilizó sanciones económicas para presionar a la Unión Soviética y sus aliados. Por ejemplo, Estados Unidos impuso un embargo comercial a Cuba después de que Fidel Castro llegó al poder en 1959. Estados Unidos también presionó a otros países para que redujeran su comercio con la Unión Soviética y sus aliados.
Finalmente, Estados Unidos utilizó la presión política para intentar influir en la Unión Soviética y sus aliados. Por ejemplo, Estados Unidos amenazó con utilizar armas nucleares si la Unión Soviética invadía Europa Occidental. Estados Unidos también apoyó movimientos anticomunistas en países como Polonia y Hungría.
La contención fue una política controvertida y ha sido criticada tanto por liberales como por conservadores. Algunos críticos sostienen que la contención fue demasiado agresiva y que condujo a conflictos innecesarios, como la guerra de Vietnam. Otros sostienen que la contención no fue lo suficientemente agresiva y que permitió a la Unión Soviética expandir su influencia en el mundo.
A pesar de las críticas, la contención fue una característica importante de la política exterior estadounidense durante la Guerra Fría. Ayudó a prevenir la expansión del comunismo y la influencia de la Unión Soviética, y contribuyó al eventual colapso de la Unión Soviética en 1991.