Funciones y responsabilidades:
1. Propiedad del dominio: Los daimyo gobernaban sus propios territorios, conocidos como "han" o "ryoji". Eran responsables de gobernar y administrar estos dominios.
2. Mando Militar: Los daimyo tenían sus propios ejércitos samuráis y se esperaba que proporcionaran apoyo militar al gobierno central cuando fuera necesario. Durante la guerra, debían movilizarse y liderar sus tropas a la batalla.
3. Control Económico: Los daimyo recaudaban impuestos de sus dominios y gestionaban la economía local. Tenían control sobre la producción agrícola, el comercio y la explotación de recursos.
4. Influencia política: Daimyo ostentaba un importante poder político y participaba en los procesos de toma de decisiones dentro del gobierno central. Podrían influir en las políticas e incluso desafiar la autoridad del shogun (el gobernante militar de Japón).
5. Gobernanza local: Los daimyo establecieron sus propios gobiernos locales y designaron funcionarios para supervisar diversas tareas administrativas dentro de sus dominios.
Estructura de poder:
El poder y el prestigio de los Daimyo variaban según su linaje familiar, fuerza militar, riqueza y conexiones dentro de la jerarquía política. Algunos Daimyo eran más influyentes que otros, y los más poderosos podían desafiar al gobierno central o incluso aspirar a convertirse ellos mismos en shogun.
Disminución del poder:
El sistema Daimyo decayó gradualmente a finales del siglo XVI y XVII a medida que el shogunato Tokugawa consolidó el poder y buscó reducir la influencia de estos señores regionales. El shogunato implementó varias políticas para debilitar al Daimyo, como la política de "asistencia alternativa", que les obligaba a pasar años alternos en Edo (la capital del shogun) para limitar su capacidad de construir poderosas alianzas locales.