Durante la presidencia de Buchanan, las tensiones entre el Norte y el Sur por la esclavitud y los derechos de los estados se intensificaron, lo que llevó a la secesión de varios estados del Sur y, finalmente, al estallido de la Guerra Civil en 1861. Buchanan no tomó ninguna medida significativa para calmar la situación o para prevenir la guerra. En cambio, apoyó las políticas pro-sur de los miembros de su gabinete, que intentaron extender la esclavitud a los territorios y proteger los derechos de los propietarios de esclavos.
El fracaso de Buchanan a la hora de actuar con decisión o de encontrar un compromiso entre el Norte y el Sur se considera en general un error importante que contribuyó al estallido de la Guerra Civil y al profundo daño que causó a Estados Unidos.