En 1703, la región, que consiste en el actual estado de Delaware, se separó de Pensilvania y se convirtió en una "colonia de la Corona" bajo el control directo del monarca inglés. Finalmente, en 1776, Delaware se convirtió en la primera de las trece colonias originales en ratificar la Constitución de los Estados Unidos y unirse a la Unión como el primer estado.