Cuando los europeos se establecieron en América del Norte, trajeron consigo enfermedades contra las cuales la población nativa no tenía inmunidad. Estas enfermedades, como la viruela, el sarampión y la influenza, se propagaron rápidamente entre los pueblos indígenas y diezmaron sus poblaciones. En algunos casos, tribus enteras fueron aniquiladas. La propagación de enfermedades fue un factor importante en el declive de la cultura y la sociedad de los nativos americanos en América del Norte.