Velocidad: Los ferrocarriles aumentaron considerablemente la velocidad de viaje en comparación con los modos de transporte anteriores, como diligencias y carruajes tirados por caballos. Los horarios rápidos y fiables hicieron que los viajes de larga distancia fueran más factibles y prácticos.
Comodidad: Los trenes ofrecían un viaje mucho más suave y cómodo que las diligencias traqueteantes o las carreteras llenas de baches. La incorporación de comodidades como asientos acolchados, compartimentos para dormir y vagones comedor mejoró aún más la comodidad de los pasajeros durante los viajes largos.
Fiabilidad: En comparación con los veleros o las diligencias, que podían verse retrasados o interrumpidos por las condiciones climáticas o las condiciones de la carretera, los trenes operaban con horarios fijos y se veían menos afectados por factores externos. Esto mejoró la confiabilidad de los viajes.
Mayor accesibilidad: Los ferrocarriles hicieron que los viajes fueran accesibles a un segmento más amplio de la población. Antes de los ferrocarriles, los viajes de larga distancia los realizaban principalmente los ricos y aquellos que podían permitirse un transporte caro. Con tarifas más asequibles, los ferrocarriles democratizaron los viajes y alentaron a viajar a personas de diversos orígenes sociales y económicos.
Expansión del Turismo: La velocidad, la comodidad y la asequibilidad de los viajes en tren llevaron al crecimiento del turismo y los viajes de ocio. Ahora la gente podía visitar fácilmente lugares distantes para pasar vacaciones, hacer turismo y realizar otras actividades de ocio. Esto impulsó el desarrollo de los destinos turísticos y la industria turística.
Conexión de ubicaciones distantes: Los ferrocarriles permitieron conectar regiones remotas con bulliciosos centros urbanos. Cerraron la brecha entre comunidades aisladas y facilitaron el comercio, el comercio y el intercambio cultural. Esto contribuyó a la integración económica y social de diferentes regiones dentro de un país.
Tiempo de viaje más corto: Con el ferrocarril, el tiempo de viaje se redujo drásticamente. Los viajes que antes duraban días o semanas ahora eran posibles en cuestión de horas. Esto permitió transacciones comerciales más rápidas, visitas a familiares y amigos y una exploración más amplia de diferentes lugares.
Influencia en la literatura de viajes: La llegada de los ferrocarriles inspiró un nuevo género de literatura de viajes, que narra las experiencias y observaciones de personas que se aventuraron en viajes en tren. Obras clásicas como "American Notes" de Charles Dickens, "Un viaje al Oeste" de Lafcadio Hearn y "The Great Railway Bazaar" de Paul Theroux capturan el impacto y la importancia de los ferrocarriles en los viajes.
En general, los ferrocarriles revolucionaron el concepto de viaje al brindar velocidad, comodidad, confiabilidad, accesibilidad y nuevas posibilidades de exploración e intercambio cultural. Tuvieron un efecto transformador en la sociedad, la industria y la forma en que las personas experimentaban y percibían el mundo que los rodeaba.