Propaganda: El gobierno y varias organizaciones participaron en extensas campañas de propaganda para movilizar el apoyo público a la guerra. Se utilizaron carteles de propaganda, películas, discursos y otros medios de comunicación para inculcar un sentido de urgencia, patriotismo y sacrificio en la población.
Oportunidades económicas: La guerra creó nuevas oportunidades económicas para muchas personas en el país. Las industrias que producían bienes y servicios relacionados con la guerra se expandieron rápidamente, lo que generó un aumento del empleo y salarios más altos. Este crecimiento económico impulsó aún más el apoyo público al esfuerzo bélico.
Movilización de mujeres: La guerra provocó un aumento significativo de la participación de las mujeres en la fuerza laboral, tanto en las fábricas como en diversos roles civiles. Esto contribuyó a un mayor sentido de participación y empoderamiento entre las mujeres, que sentían que estaban teniendo un impacto directo en el esfuerzo bélico.
Organizaciones voluntarias y organizaciones benéficas: Numerosas organizaciones voluntarias y organizaciones benéficas surgieron para apoyar el esfuerzo bélico. Estas organizaciones recaudaron fondos, brindaron ayuda a los soldados y sus familias y organizaron diversas actividades para elevar la moral y el patriotismo.
Conexiones personales: Muchas personas en casa tenían conexiones personales con la guerra, como familiares o amigos que estaban sirviendo en el ejército. Esta conexión personal hizo que la guerra pareciera más real e inmediata, lo que motivó a las personas a involucrarse y apoyar el esfuerzo bélico.