

Los incas dominaron Chile en tres etapas:primero, la región del Norte Grande, que fue la que menos dificultades significó, ya que había una población pequeña y un nivel cultural avanzado; luego, el Norte Chico y finalmente llegaron al río Maule. En su avance hacia el sur encontraron dificultades con el pueblo mapuche, lo que finalmente obligó a los incas a detener su expansión. Para consolidar su dominio, y utilizando antiguas prácticas andinas, los incas construyeron fortalezas llamadas pucaras y establecieron colonias de mitimaes. en algunos valles. Estos últimos estaban formados por grupos trasladados desde territorios fieles, con el propósito de sofocar intentos subversivos y encaminar a los indígenas en el proceso de adaptación a las condiciones culturales impuestas por la dominación.
En el norte, donde ya atacaban los atacameños y diaguitas. Poseían técnicas agrícolas avanzadas y un adecuado sistema de posesión de la tierra y uso del agua, las innovaciones provocadas por los incas no fueron significativas. Sin embargo, en la zona central, la existencia de canales y acequias a la llegada de los conquistadores españoles revela lo que dejó la presencia inca en el país, que también se materializó en aportes en la producción de cerámica y orfebrería.

El Camino Inca, plagado de posadas donde mensajeros y viajeros podían alojarse y alimentarse, también se extendía hasta Chile. Tres caminos, uno costero, otro interior y el más importante, cordillerano, unían el país con Cuzco, contribuyendo así a su integración con el imperio. El Camino Inca es el símbolo del dominio del Tawantinsuyo. Esta ruta, una lengua oficial común y caciques locales ascendidos a la categoría de nobles, contribuyeron a acortar sus diferencias con el Cuzco, además de unificarlos política y culturalmente, sellando así el destino de los atacameños, diaguitas y mapuches al de el imperio inca.