Historia de Sudamérica

La invasión inca (1470 – 1525)

Fue el soberano Túpac Inca Yupanqui quien, a mediados del siglo XV, comenzó a incorporar nuevos territorios al imperio, llegando hasta Quito al norte y hasta el río Choapa al sur. Posteriormente su hijo, Topa Inca Yupanqui, acabó configurando su territorio, dominando incluso el noroeste argentino y el centro de Chile, e influyendo culturalmente aún más al sur. Demostrando gran vitalidad, sentido de organización y adaptación, los incas habían constituido un Estado al que iban añadiendo varias funciones. A partir del dominio que tenía la sociedad de las técnicas agrícolas, se construyeron diversas obras como caminos, canales y puentes, cuyo mantenimiento quedó al cuidado de una selecta burocracia. También eran características las terrazas para el cultivo del maíz, alimento básico de los incas, y el llamado Camino del Inca, una extensa red de rutas que atravesaba el imperio en diversas direcciones. Lo recorrieron caravanas de mensajeros y funcionarios estatales. Y se convirtió en el símbolo del dominio inca. La invasión inca (1470 – 1525) Las conquistas del Tawantinsuyo, nombre con el que se conoce al imperio Inca, se debieron a la necesidad de proteger su capital, Cuzco y, al mismo tiempo, incorporar el trabajo a las funciones de un reino en el que gran parte de los tributos consistían en trabajo personal. La mayoría de las nuevas anexiones fueron llevadas a cabo por soldados reclutados en ciudades ya dominadas; sólo los jefes eran de la zona nuclear andina, o de los alrededores del Cuzco. Sus éxitos se explican por el menor desarrollo cultural de los pueblos conquistados, para quienes su derrota, más que una humillación, significó pasar a formar parte de un sistema social, político y económico muy similar al de su localidad, pero enormemente más amplio y poderoso. br />Los Incas no tuvieron un propósito de sometimiento férreo ni buscaron romper los modos de vida y costumbres de los pueblos sojuzgados. Se contentaban con el reconocimiento de su soberano, el establecimiento de jefes propios en cada lugar, el pago de tributos y la prestación de servicios personales. A cambio, permitieron el uso de la lengua nativa, la permanencia de los jefes nativos, las prácticas religiosas y las costumbres de cada región, configurando una dominación contra la cual los pueblos sojuzgados terminaron adaptándose y colaborando.
La invasión inca (1470 – 1525)

Los incas dominaron Chile en tres etapas:primero, la región del Norte Grande, que fue la que menos dificultades significó, ya que había una población pequeña y un nivel cultural avanzado; luego, el Norte Chico y finalmente llegaron al río Maule. En su avance hacia el sur encontraron dificultades con el pueblo mapuche, lo que finalmente obligó a los incas a detener su expansión. Para consolidar su dominio, y utilizando antiguas prácticas andinas, los incas construyeron fortalezas llamadas pucaras y establecieron colonias de mitimaes. en algunos valles. Estos últimos estaban formados por grupos trasladados desde territorios fieles, con el propósito de sofocar intentos subversivos y encaminar a los indígenas en el proceso de adaptación a las condiciones culturales impuestas por la dominación.
En el norte, donde ya atacaban los atacameños y diaguitas. Poseían técnicas agrícolas avanzadas y un adecuado sistema de posesión de la tierra y uso del agua, las innovaciones provocadas por los incas no fueron significativas. Sin embargo, en la zona central, la existencia de canales y acequias a la llegada de los conquistadores españoles revela lo que dejó la presencia inca en el país, que también se materializó en aportes en la producción de cerámica y orfebrería. La invasión inca (1470 – 1525)
El Camino Inca, plagado de posadas donde mensajeros y viajeros podían alojarse y alimentarse, también se extendía hasta Chile. Tres caminos, uno costero, otro interior y el más importante, cordillerano, unían el país con Cuzco, contribuyendo así a su integración con el imperio. El Camino Inca es el símbolo del dominio del Tawantinsuyo. Esta ruta, una lengua oficial común y caciques locales ascendidos a la categoría de nobles, contribuyeron a acortar sus diferencias con el Cuzco, además de unificarlos política y culturalmente, sellando así el destino de los atacameños, diaguitas y mapuches al de el imperio inca.