
Entre estas tumbas, encontradas en la zona selvática del departamento de Cusco -antigua capital del imperio Inca-, destacan los restos de un personaje noble, adornado con piezas de oro y plata, bautizado como el Señor de Wari.
"Es un impresionante hallazgo Wari en medio del Selva cusqueña que abre un nuevo capítulo en las investigaciones arqueológicas y nos obliga a escribir nuevamente la historia”, dijo la noche del miércoles Juan García, director regional de cultura del Cusco, al anunciar el hallazgo. "El hallazgo es uno de los más importantes y comparable a Machu Picchu, la fortaleza inca que es el principal atractivo turístico del Perú, y al Señor de Sipán", descubierto en el norte de Perú en 1987, perteneciente a la cultura Moche, agregó. El complejo fue descubierto en la ciudadela arqueológica de Espíritu Pampa, en la provincia amazónica de La Convención, distrito de Vilcabamba, en Cusco (1.100 kilómetros al sureste de Lima). En la tumba del Señor de Wari, un pectoral de plata en forma de 'Y', una máscara -también plateada- con una figura antropomorfa, junto con dos brazaletes de oro con figuras felinas, dos bastones de chonta forrados con láminas de plata, además de otras piezas.

Señaló que hasta ahora nadie en el Perú había encontrado rastro de los Wari en la selva, especialmente un funeraria que albergaba la tumba de "un dignatario bordeado por una preciosa máscara que se parece un poco a la máscara tipo Tutankamón en Egipto".
Lumbreras aseveró que tras este descubrimiento no le sorprendería que exista una ciudadela Wari "que quizás tendría algo que ver con leyendas y fábulas como la de Paititi". Según una antigua leyenda, Paititi es una ciudad perdida en algún lugar de la selva, rica en oro, que muchos exploradores españoles buscaron sin éxito en las selvas de Perú, Bolivia y Brasil.
El Ministro de Cultura, Juan Ossio, Dijo que a partir de este descubrimiento surgen ahora una serie de interrogantes sobre la expansión de esta civilización y sobre sus relaciones con el imperio inca. Destacó que los incas y los Wari “son las dos grandes expresiones del Estado del Perú prehispánico”.

Las primeras señales de este descubrimiento se encontraron el pasado mes de julio, cuando se encontraron vasijas y otros objetos. Tres meses después se encontraron las nueve tumbas, determinando que correspondían a la cultura Wari.
Remontándonos al Señor de Vilcabamba, su importancia obliga a reconsiderar la relación entre Cusco y Ayacucho en la época precolombina. El primer imperio habría estado muy presente, tanto en el corazón como en las provincias del Cusco. La ciudad Wari de Pikillacta, a pocos kilómetros del actual Cusco, y este Señor que también es Wari, señalan un dominio ayacuchano de la zona.
Quizás el Cusco se hizo grande al derrotar a sus antiguos soberanos de Ayacucho. El Inca Pachacútec habría culminado un largo ciclo histórico de enfrentamientos, logrando el sometimiento definitivo de los Chancas, últimos exponentes de la antigua tradición estatal Wari.