Historia de Sudamérica

Crisis económica en Brasil

La crisis económica de Brasil comenzó alrededor de 2014.

Para algunos analistas, el país no debería salir de la recesión hasta 2020.

Origen

La crisis económica de Brasil se atribuye a varios factores, ya que sería imposible señalar una sola razón para explicarla.

Podemos entenderlo por las propias condiciones históricas de Brasil, como el hecho de que el país ha sido un proveedor tradicional de materias primas.

Además, debido a las desigualdades estructurales, cuando hay crecimiento económico en Brasil, no todos los segmentos de la sociedad se benefician.

El gobierno de Lula empezó con un país estabilizado y sin inflación. Todo lo que se necesitaba era iniciar el crecimiento económico que habían prometido y nunca se cumplió.

Para ello, el gobierno Lula aplicó una política de intereses subsidiados y crédito barato para los empresarios elegidos por el gobierno. También convirtió al gobierno en un importante inversor y llevó a cabo numerosas obras públicas.

Crisis económica en Brasil

Las consecuencias fueron un aumento de los ingresos de las clases D y E, cambios en los hábitos de consumo e inversión y un fuerte aumento de la demanda de la población brasileña. No se fomentaron los ahorros ni las inversiones a largo plazo.

La situación exterior era favorable, ya que el mundo estaba experimentando un fuerte aumento de las exportaciones de materias primas.

Cuando se desató la crisis mundial en 2008, el gobierno de Lula implementó medidas para garantizar que el mercado interno, ahora más grande, siguiera sosteniendo la demanda brasileña.

Así, aplicó una serie de exenciones fiscales a los electrodomésticos, los automóviles y la construcción. Brasil incluso registró una tasa de crecimiento del PIB del 7,6% en 2010.

Sin embargo, según el economista Ricardo Amorim, todas estas medidas estimularon el consumo y no la producción.

Gobierno Dilma

Sin embargo, en 2010, el gobierno de Lula termina y su sucesora Dilma Rousseff no tiene la misma capacidad para unir al gobierno en torno a su proyecto.

Repitió las mismas políticas que Lula:continuaron los intereses subsidiados, crédito barato para los empresarios aliados con el gobierno, más tasas de exoneración, exención de impuestos y devaluación cambiaria.

Esta simbiosis entre los empresarios favoritos del gobierno terminó generando corrupción e ineficiencia. Esto es fácil de comprobar con la investigación conocida como Lava-Jato.

Asimismo, se congelaron las tarifas públicas para evitar un aumento de la inflación. Sin embargo, hubo un incumplimiento de contrato con las compañías eléctricas, que acabaron repercutiendo los costes en la población.

Crisis económica en Brasil

Con estas medidas, el país entró en una recesión técnica a mediados de 2014, con la producción industrial, los salarios reales y el PIB cayendo un 3,8% en 2015.

En 2015, la presidenta Dilma Roussef anunció una serie de aumentos de impuestos como el IPI sobre los productos industrializados y el IOF sobre las transacciones financieras.

Con todas estas resoluciones, varias empresas brasileñas del sector textil y plástico se trasladaron al vecino Paraguay para escapar de los altos impuestos brasileños.

De esta manera, la popularidad de la presidenta Dilma cayó, en la misma proporción en que ella no pudo articular alianzas entre su partido y sus aliados.

Luego sigue el proceso que culmina con el impeachment de Dilma Rousseff.

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