La Revolución Cultural se caracterizó por purgas generalizadas, luchas violentas y la destrucción de artefactos y prácticas culturales tradicionales. Creó una atmósfera de miedo, caos e incertidumbre en China, ya que millones de personas se vieron afectadas y muchas perdieron la vida o enfrentaron persecución y encarcelamiento.
Los aspectos clave de la Revolución Cultural incluyeron:
Movimiento de la Guardia Roja: La Revolución Cultural fue encabezada por los Guardias Rojos, un grupo de jóvenes que actuaron como ejecutores de Mao. Atacaron y humillaron a quienes consideraban "contrarrevolucionarios", intelectuales y seguidores de la cultura tradicional.
Luchas de poder: La Revolución Cultural también implicó intensas luchas de poder dentro del PCC. Mao utilizó el movimiento para consolidar su poder y eliminar a sus oponentes políticos, lo que provocó la purga y la desgracia de muchos funcionarios de alto rango del partido.
Culto a la personalidad: El culto a la personalidad de Mao alcanzó su punto máximo durante la Revolución Cultural. Fue aclamado como el "Gran Líder" y su retrato se exhibió en todas partes, mientras se suprimieron las opiniones disidentes y el pensamiento crítico.
Libro Rojo y Citas: El pequeño libro rojo de citas de Mao, que contiene sus declaraciones y enseñanzas, se convirtió en un texto obligatorio estudiado y recitado en toda China. Sirvió para adoctrinar a la gente con la ideología maoísta.
La caída de los cuatro viejos: La Revolución Cultural apuntó a los "Cuatro Viejos":la vieja cultura, las viejas costumbres, los viejos hábitos y las viejas ideas. Las creencias, el arte, la literatura, la religión y el patrimonio cultural tradicionales chinos fueron suprimidos y, a menudo, destruidos.
Reeducación y Rusticación: Millones de intelectuales, profesionales y jóvenes urbanos educados fueron enviados al campo para ser reeducados mediante el trabajo manual. Su objetivo era aprender de los campesinos y trabajadores y reformarse según los ideales maoístas.
La Revolución Cultural terminó oficialmente en 1976, tras la muerte de Mao y el ascenso de Deng Xiaoping. Deng denunció el movimiento como una "catástrofe" e implementó políticas para revertir su impacto. Sin embargo, su legado y las cicatrices dejadas por la violencia, la persecución y la agitación social de aquellos años todavía resuenan en la sociedad china.