El gobierno español tenía un gran interés en explotar los recursos de América y no quería que nadie interfiriera con sus planes. La Iglesia Católica también tenía un gran interés en las Américas, ya que era responsable de convertir a los pueblos indígenas al cristianismo. Las críticas de Las Casas al gobierno español y al trato de la Iglesia católica hacia los indígenas fueron vistas como una amenaza para ambas instituciones.
Además, Las Casas también estaba asumiendo un riesgo personal al hablar en contra del gobierno español y de la Iglesia católica. Era consciente de que podrían arrestarlo, torturarlo o incluso matarlo por sus acciones. Sin embargo, se sintió obligado a denunciar las injusticias que había presenciado y estuvo dispuesto a arriesgar su propia vida para hacerlo.
El apoyo de Las Casas a los indios americanos fue un acto valiente que ayudó a lograr el cambio. Sus escritos ayudaron a crear conciencia sobre la difícil situación de los pueblos indígenas e inspiraron a otros a defender sus derechos. El trabajo de Las Casas sigue siendo influyente hoy en día y continúa inspirando a la gente a luchar por la justicia social.