1. Distribución desigual de la riqueza: La prosperidad económica de la década de 1920 se concentró en manos de un pequeño porcentaje de la población. El 1% con mayores ingresos se llevó a casa más del 12% del ingreso total del país, mientras que el 50% inferior de la población sólo ganó alrededor del 20% del ingreso total. Esta desigualdad llevó a un poder adquisitivo limitado de los consumidores para una gran parte de la población, lo que hizo que la economía fuera vulnerable a las crisis externas.
2. Dependencia excesiva del gasto de los consumidores: El crecimiento económico de la década de 1920 fue impulsado en gran medida por el gasto de los consumidores, particularmente en sectores como el automóvil, la construcción y los electrodomésticos. Sin embargo, este gasto de los consumidores a menudo se financiaba mediante deuda, y muchos consumidores estaban endeudándose excesivamente para mantener sus estilos de vida. Esto hizo que la economía fuera vulnerable a una reversión en el sentimiento del consumidor o una pérdida de confianza en la economía.
3. Especulación bursátil: El mercado de valores experimentó un crecimiento significativo durante la década de 1920, impulsado por la especulación y el fácil acceso al crédito. Muchos inversores compraban acciones con margen, lo que significaba que utilizaban dinero prestado para comprar acciones. Este comportamiento especulativo condujo a precios de acciones inflados e hizo que el mercado de valores fuera vulnerable a una corrección o caída.
4. Depresión Agrícola: Mientras el resto de la economía estaba en auge, el sector agrícola enfrentaba importantes desafíos. Los agricultores luchaban contra la caída de los precios de los cultivos, el aumento de la deuda y el cambio de las preferencias de los consumidores. La depresión agrícola contribuyó a la inestabilidad económica general y redujo el poder adquisitivo de los agricultores y las comunidades rurales.
5. Falta de regulación gubernamental: La década de 1920 estuvo marcada por un enfoque de laissez-faire en la política económica. El gobierno desempeñó un papel limitado en la regulación de la economía, lo que permitió una especulación desenfrenada y una toma excesiva de riesgos en los mercados financieros. La ausencia de medidas regulatorias estrictas contribuyó a la vulnerabilidad de la economía a las crisis.
Estos indicadores apuntaban a debilidades y desequilibrios subyacentes dentro de la economía que la hacían susceptible a una desaceleración, como lo demostró la aparición de la Gran Depresión que siguió poco después de finales de la década de 1920.