Manuel Azaña Días fue el segundo Presidente de la Segunda República entre los años 1936 – 1939. Nació el 10 de enero de 1880 en Alcalá de Henares (Madrid). Estudió Derecho en Madrid y París. Su actividad se dividió entre la política y las letras. Entre 1913 y 1920 fue secretario del Ateneo de Madrid, del que llegó a ser presidente en 1930. Por esa misma fecha ingresó como académico permanente en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, donde, en 1933, fue ascendido a el grupo de profesores académicos (profesor académico era sólo un rango; pero no tuvo nada que ver con ser profesor).
Todo ello conforme también al artículo 80 del Reglamento de dicha Academia. Por esas mismas fechas, Azaña también fue jefe de administración en la Facultad de la Dirección General de los Registros y del Notariado; así como secretario general del Instituto de Derecho Comparado. Por otra parte, fue director de las revistas La Pluma, España, y colaborador en otras publicaciones nacionales y extranjeras; publicó también varias obras y recibió, en 1926, el Premio Nacional de Literatura. Al advenir la Segunda República, formó parte del Gobierno Provisional, como Ministro de Guerra; sin abandonar esta cartera, llegó también a la presidencia del Gobierno el 14 de octubre de 1931. (Cuando Alcalá Zamora renunció a ese cargo, para ser proclamado Presidente de la República), cargo al que renunció el 8 de septiembre de 1933.
En las elecciones generales del 19 de noviembre de ese mismo año ganó la CEDA (Confederación Española de Derechas Autonómicas), mientras que el partido de Azaña, Acción Republicana, sólo obtuvo cinco diputados; así, unos meses después, el 2 de abril de 1934, fundó el partido Izquierda Republicana, bajo su presidencia. En torno a este partido se formó el Frente Popular (coalición electoral formada por varios partidos de izquierdas), que ganó las elecciones del 16 de febrero de 1936, con lo que Azaña se convirtió en jefe de gobierno el 19 de febrero de ese mismo mes. Tras la destitución de Alcalá Zamora como Presidente de la República el 7 de abril de 1936, Azaña fue elegido el 10 de mayo siguiente para sustituirlo .
Gobierno
Entonces empezó a aplicarse rápidamente el programa de reformas del Frente Popular:los prisioneros de octubre de 1934 fueron liberados mediante una amnistía; se abrió el Parlamento catalán, que volvió a elegir a Companys como presidente, y volvió a funcionar la autonomía catalana; las Cortes comenzaron a preparar el Estatuto Vasco de Autonomía. Se decretó que el uso y goce de las tierras que años antes habían utilizado fueran entregados a los yunteros. Se autorizó al Instituto de Reforma Agraria a ocupar cualquier finca (provisionalmente) que considerara de utilidad social. Las relaciones laborales se enrarecieron ante la actitud de los sindicatos y de los propios trabajadores; Muchos pequeños empleadores comenzaron a cerrar sus negocios. La extrema derecha recurrió a la violencia callejera. El conflicto agrario era grande y iba creciendo.
En la provincia de Badajoz, como las tierras aún no habían sido entregadas a los yunteros, las ocuparon más de 60.000 de ellos; el Gobierno aceleró los trámites para la expropiación de estas tierras:la tierra para quienes la trabajan, se dijo; hubo enfrentamientos con muertes entre la Guardia Civil y los campesinos. La violencia aumentó con asesinatos en ambos bandos. El Congreso aprobó un programa de organización de la sociedad, con la semana de treinta y seis horas de trabajo; la expropiación sin indemnización de fincas superiores a cincuenta hectáreas, etc. El Estatuto de Autonomía del País Vasco fue aprobado casi en su totalidad por el Parlamento, cuando Galicia, en referéndum el 28 de junio de 1936, decidió también sobre su autonomía. Finalmente, el 31 de octubre de 1936 (ya en plena guerra civil), las Cortes aprobaron el Estatuto de Autonomía del País Vasco, cuyo artículo primero comenzaba así:“De conformidad con la Constitución de la República y En el presente estatuto Álava, Guipúzcoa y Vizcaya constituyen una comunidad autónoma dentro del Estado español, adoptando la denominación de País Vasco. Su territorio estará integrado por lo que actualmente conforman las provincias mencionadas» .
Muertes de partidarios
La violencia siguió aumentando; un comando de extrema derecha mató al teniente de asalto José del Castillo cuando salió de su casa el 12 de julio de 1936; al día siguiente se produjo una réplica; A las tres de la madrugada de este día, un grupo de una veintena de Guardias de Asalto comandados por el capitán de la Guardia se presentaron en el domicilio de José Calvo Sotelo (dirigente político de la derecha), en la calle Velásquez, número 89, de Madrid. El civil Condé, vestido de civil, lo llevaron en una camioneta de la Dirección General de Seguridad directamente al Cementerio Oriental. Cuando llegaron allí, Calvo Sotelo ya estaba asesinado. Dos sepultureros cómplices debieron estar esperando para enterrar el cuerpo clandestinamente en la fosa común, para que no quedara rastro del crimen; pero algo fortuito hizo que esos dos cómplices no aparecieran, por lo que el capitán Condé entregó el cuerpo a los sepultureros de turno (que no sabían nada de lo sucedido) diciéndoles que se trataba de un sereno nocturno que había sido asesinado en una calle de Madrid. Los familiares y amigos del fallecido no pudieron encontrar el cuerpo hasta las doce de la mañana de aquel día 13 de julio de 1936. En el funeral, al día siguiente, ante los restos del asesinado, Antonio Goicoechea, rodeado de Ante una gran multitud, dijo con gran énfasis estas palabras:“No os ofrecemos que oremos a Dios por vosotros. Les pedimos que oren a Dios por nosotros. Y ahora, ante esta bandera puesta como una reliquia en tu pecho, ante Dios que nos oye y nos ve, hacemos un solemne juramento de consagrar nuestra vida al cumplimiento de esta triple tarea:imitar tu ejemplo, vengar tu muerte, salvar a España. . Que todo es igual porque salvar a España será vengar tu muerte, e imitar tu ejemplo será la mejor manera de salvar a España.»
Inicio de la Guerra Civil
La mecha estaba encendida. La conspiración militar de varios generales, que se venía gestando desde hacía tiempo, estaba lista para actuar, y comenzó la guerra civil en Melilla el viernes 17 de julio de 1936 . Al día siguiente dimitió el presidente del Gobierno, Casares Quiroga (del 14 de abril de 1931 al 18 de julio de 1936, hubo dieciséis Gobiernos en la Segunda República); luego, a petición de Azaña, José Giral formó otro gobierno para afrontar esta guerra que recién comenzaba y que terminó el 1 de abril de 1939. Azaña, quien, el 15 de abril de 1936, dijo en el Congreso:“Tenemos no venir a presidir una guerra civil; más bien hemos venido con la intención de evitarlo;[…]» , fue Presidente de la República casi todo el tiempo que estuvo inmersa en dicha guerra, por lo que no la evitó y sí la presidió. En septiembre de 1936, el representante del Gobierno de Madrid en Moscú dio "instrucciones a los comunistas de su país [...] para llevar a cabo el establecimiento de una República Socialista Soviética". Azaña viajó a Francia el 4 de enero de 1939 y, el 27 de febrero de ese mismo año, envió su dimisión como presidente de la Segunda República a Martínez Barrio, presidente de las Cortes. Azaña murió el 3 de noviembre de 1940 en Montuban (Francia).