La importancia de la sal en la antigüedad residía en su uso como conservante de alimentos perecederos, además de como condimento. De hecho, el término salario deriva del latín salarium. (de sal), porque los trabajadores recibían parte de sus honorarios en sal. Plinio vino a escribir…
Nihil esse utilius sale et sole (No hay nada más útil que la sal y el sol)
Así, dada su vital importancia, las diferentes formas de gobierno en cada lugar establecieron un control absoluto sobre la producción, explotación y comercio de la sal, originando lo que muchos consideran el primer monopolio de la historia. Se cree que el impuesto a la sal de China permitió la construcción de la Gran Muralla. Las poblaciones costeras lo tuvieron fácil para obtener el preciado tesoro a través de las salinas marinas:extrayendo agua del mar y dejándola reposar en pozas poco profundas hasta que el sol evaporara el agua. La salmuera obtenida se colocó en recipientes y se dejó secar para su posterior comercialización, ya cristalizada.
En los pueblos del interior no era tan fácil pero también tenían sus métodos para conseguirlo. En las denominadas salinas del interior se seguía el mismo método que en las costeras, pero utilizando agua procedente de manantiales cuya corriente había atravesado depósitos de sal subterráneos. Otro método de obtención, basado también en corrientes de agua subterráneas y que requería cierta tecnología, era la perforación. Y la tecnología necesaria sería “Made in China ”. En el siglo V a.C. los chinos ya conseguían llegar a casi 100 metros de profundidad con un sistema de perforación basado en enormes brocas de bambú con diferentes puntas metálicas según el terreno a perforar. El agua subterránea se sacaba a la superficie y allí se calentaba en ollas para evaporar el agua y obtener la sal. El problema era que, en ocasiones, esas perforaciones perturbaban los espíritus de la Tierra y lanzaban llamas de fuego que mataban a los mineros. Estos divinos mosqueos ya desconcertaron a los griegos cuando un pastor encontró una llama perpetua saliendo de una fisura en una roca del monte Parnaso y decidieron construir un templo en honor al dios Apolo que albergaría al Oráculo de Delfos. Estudios geológicos realizados en el siglo XX han demostrado que por las fisuras de las rocas de aquel lugar se escapan pequeñas cantidades de gases como el metano o el etano, lo que podría ser el responsable de que el adivino entrara en trance -dejamos las predicciones para otro momento- y lugar. Tanto este fuego eterno griego como los espíritus malhumorados chinos no eran más que bolsas de gas natural. . Dejaremos de lado el caso griego, probablemente provocado por un rayo, y nos centraremos en el caso chino.
Los chinos pronto aprendieron a controlar estos espíritus y humanizarlos o, mejor dicho, utilizarlos como combustible para calentar las ollas con las que se obtenía la sal en la superficie. Posteriormente, canalizaron el gas natural a través de tuberías de caña de bambú para entregar la nueva energía limpia -apenas contaminante- a localidades cercanas y utilizarla para diversos fines (hay datos sobre la fabricación de lámparas de metano llenando vejigas con gas natural). Y así fue como, gracias a la sal, se empezó a utilizar el gas natural como energía y se construyó el primer gasoducto .
Fuente:Invenciones de los antiguos