El nombre.
El nombre del conflicto proviene de un chiste que tenía como protagonista a Manuel Godoy. Detenido en Elvas durante su avance bélico, recibió como regalo unas naranjas -una fruta exótica en la época- y se las envió a la reina María Luisa, su entonces amante, con el mensaje de que iba a tomar Lisboa. Así, esta anécdota, utilizada a modo de burla por sus oponentes, sirvió para darle nombre a la guerra.
El contexto.
La Guerra de las Naranjas fue una breve guerra que, durante 1801, enfrentó a España y Francia por un lado, y a Portugal por el otro. La guerra debe situarse en el contexto de las guerras napoleónicas. Bonaparte ya ostentaba el poder efectivo en Francia a través del cargo de Primer Cónsul y, aunque había firmado la paz con Austria ese mismo año, no ocultaba que una de sus principales intenciones era la creación de un gran imperio europeo que tomaría la forma de una federación dirigida por él. Este objetivo enfrentó el serio obstáculo representado por la oposición británica al expansionismo francés. Y Portugal era un fiel aliado de Inglaterra, por lo que Napoleón determinó la necesidad de doblegarla para romper esa alianza.
Por razones geográficas obvias, España se encontraba entre Francia y Portugal. Por lo tanto, fue llamada a desempeñar un papel en cualquier acción que emprendiera Napoleón. Además, en aquel momento, España mantenía una alianza antibritánica con Francia. De hecho, desde 1789 la política exterior española había oscilado notablemente en sus relaciones con la nación gala. En primer lugar, tras el estallido de la Revolución Francesa de 1789, la monarquía española inició un ciclo de guerra contra los gobiernos revolucionarios franceses que comenzó con el establecimiento de un cordón militar en la frontera de los Pirineos para impedir el flujo de ideas revolucionarias. Estas medidas antifrancesas culminarían en 1793 cuando Godoy –un oficial con poca experiencia política pero que contaba con el favor de la reina María Luisa– declaró la guerra a Francia tras la ejecución del rey francés Luis XVI. La principal potencia militar de España a finales del siglo XVIII era su marina, pero la guerra con Francia tenía que ser terrestre y el ejército no tenía ni experiencia ni mucha capacidad de combate. Sin embargo, Manuel Godoy -válido de Carlos IV- optó por desatar el conflicto. La guerra se prolongó hasta 1795, sufriendo España importantes pérdidas territoriales -Figueras, San Sebastián, Bilbao...-. El fin de la guerra llegó con la Paz de Basilea (1795) por la que Francia devolvió sus conquistas a cambio de la parte española de la isla de Santo Domingo -actual República Dominicana-, sin embargo la revolución en Haití (1791-1804) hizo que la imposible la realización del acuerdo. Esta cesión supuso el inicio de la retirada española en América.
A partir de la citada paz, España cambió su ciclo de alianzas exteriores, vinculándose ahora a Francia mediante la firma del Tratado de San Ildefonso (1796). Inmediatamente después comenzó la guerra contra Inglaterra. El enfrentamiento con la potencia inglesa tuvo finalmente consecuencias desastrosas para los intereses españoles en América.
La marina inglesa se centró en los ataques al comercio americano:pérdida de la isla de Trinidad y derrota naval del cabo San Vicente (1797), aunque también hubo derrotas inglesas en Cádiz y Santa Cruz de Tenerife. Los desastres diplomáticos y bélicos fueron tan graves que Carlos IV se vio obligado a destituir a Godoy, aunque el favorito mantenía una considerable influencia política. La alianza con Francia se mantuvo incluso con Godoy fuera del poder. El interés fundamental de Napoleón era reforzar el bloqueo continental contra Gran Bretaña y para ello necesitaba la escuadra española y derrotar a Portugal. Por este motivo obligó a España a declararle la guerra.
El desarrollo del conflicto.
El ataque a Portugal fue una acción conjunta franco-española que estaba prevista en uno de los artículos secretos del Tercer Tratado de San Ildefonso (1800) y que quedó especificada en el acuerdo del 29 de enero de 1801. Se aprobó que el monarca Los españoles tuvieron que proponer ciertas exigencias al Príncipe Regente de Portugal -su yerno-:la ruptura de su alianza con Inglaterra, la apertura de sus puertos a barcos españoles y franceses y la entrega de alguna provincia a España para compensar la pérdida de Menorca, Malta y Trinidad. Lógicamente el regente portugués se negó, por lo que España le declaró la guerra el 27 de febrero de 1801.
Para llevarlo a cabo, tropas francesas entraron en la península y así 15.000 soldados franceses -que llegaron pocos días antes de que comenzara el conflicto- se sumaron a los 60.000 hombres del ejército español. Para liderarlos, Manuel Godoy recibió el título de Generalísimo, quien vio en él una posibilidad de recuperar su prestigio. Este, a su vez, nombró al general Tomás de Morla como su jefe de Estado Mayor. Las tropas se dividieron en tres cuerpos de ejército:uno situado al norte, en la línea del Miño, integrado por unos 20.000 hombres; otro, el mayor, de 30.000 hombres concentrados en la provincia de Badajoz; y un tercio de 10.000 hombres en el sur, de cara a la región portuguesa del Algarve.
El ataque a Portugal comenzó el 20 de mayo y el ejército español conquistó más de una decena de localidades. La fuerza principal avanzó hacia Elvas, mientras que otros grupos avanzaron hacia Campo Maior y hacia Olivenza. La resistencia portuguesa fue mínima y sus pocas fuerzas se rindieron rápidamente en la mayoría de las localidades. La mayor oposición se registró en Campo Maior, que fue sitiada y donde las fuerzas portuguesas resistieron durante 17 días, y en Elvas, que no fue tomada hasta el final de la guerra.
La paz se firmó en el Tratado de Badajoz (6 de junio de 1801). Portugal acordó cerrar sus puertos a los barcos ingleses, conceder ventajas comerciales a Francia, ceder Olivenza a España y Brasil a Francia y pagar una compensación. En represalia, una fuerza inglesa de 3.500 hombres al mando del coronel Clinton ocupó, con el apoyo tácito de los portugueses, la isla de Madeira, que permaneció en sus manos hasta 1802. Los vínculos de Portugal con España y Francia desaparecieron tras la batalla de Trafalgar. (1805) en el que la fuerza naval hispano-francesa fue derrotada por los ingleses. Esto permitió a Portugal restablecer su antigua alianza con Inglaterra.
El conflicto también se desarrolló en América, específicamente en la región al norte del actual Uruguay, entre Argentina y Brasil. En esta zona también se produjo una modificación de la frontera, en este caso a favor de Portugal.
Las consecuencias.
El giro portugués hizo que Francia considerara cancelado el Tratado de Badajoz y decidiera invadir Portugal en 1807. En ese año se firmó el Tratado de Fontainebleau entre España y Francia, que preveía la partición de Portugal en tres zonas:la parte norte para Napoleón , la zona central para la casa real portuguesa (Braganza) cuando terminó el conflicto, y la zona sur para Godoy. Para ello comenzó a desplazar tropas por territorio español, dando lugar, unos meses después, al inicio de la Guerra de Independencia entre España y Francia. Las conquistas territoriales provocadas por el conflicto intentaron resolverse en el Tratado de Viena (1817). Se afirmó la necesidad de que España devolviera Olivenza a Portugal. Pero ni España ni Portugal devolvieron los territorios adquiridos durante el conflicto:Olivenza, ocupada por los españoles en la península, y Misiones del Este, ocupadas por los portugueses en América.
Bibliografía.
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Guerra de las Naranjas (20 de septiembre de 2021). En Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_las_Naranjas
La Guerra de las Naranjas:El conflicto impuesto por Napoleón – Observatorio de Seguridad y Defensa . (s.f.). Recuperado el 20 de septiembre de 2021 de https://observatorio.cisde.es/archivo/10106/
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