Historia de Europa

¿Sabes la diferencia entre un lepero y un lépero?

Empezaremos por el lepero por ser el conocido a este lado del charco… Leperos Son los habitantes del municipio onubense de Lepe en España, del que, entre muchas otras cosas, se podría decir que fue cuna de un rey de Inglaterra... Juan de Lepe .

Y respecto a los léperos … Se dice que hubo léperos desde que la Ciudad de México era Tenochtitlán y que Hernán Cortés se sorprendió al ver tantos en las calles aztecas. Era un ser sin razón de existir, sin ambiciones, sin trabajo, sin voz, ni pretendía tenerla. Era mestizo o indio y se decía que eran herederos de “ lo peor de los españoles y lo peor de los aztecas ”.

¿Sabes la diferencia entre un lepero y un lépero?

lepero

La mejor descripción de lo que era el lépero la hace un soldado americano durante la ocupación en 1848:

Nadie puede dar cuenta de la ocupación del pobre lépero. Sólo Dios sabe cómo vive o de qué vive. Siempre tiene tan poca necesidad de vestir como la tuvieron Adán y Eva en el Jardín del Edén. Su piel bebe todo el sol por cada poro y si un edicto obligara a los léperos a usar pantalones, su raza se extinguiría. Un lépero con un par de pantalones anchos dejaría de ser lépero, porque una cosa desplaza a la otra. El lépero es enfáticamente hijo de la naturaleza, el sol brillante, la brisa sonora, el rostro sonriente de la naturaleza son su prerrogativa y su propiedad. Otros hombres tienen caballos, ranchos y tierras. El lépero tiene el mundo. No tiene amo ni leyes. Come cuando tiene hambre, bebe cuando tiene sed y duerme donde y cuando le llega el sueño. Otros hombres descansan de sus trabajos. El lépero trabaja cuando se cansa de descansar. Su trabajo, como quiera que lo quiera, nunca dura más de una hora, a menudo sólo 10 o 15 minutos, lo suficiente para cubrir las pequeñas y exiguas necesidades del día. Lleva un bulto como equipaje, y en él lleva todo lo que cae en sus manos, incluso carteras robadas y extiende la mano para caridad. La principal ocupación visible del lépero es su propia diversión. Y en la Ciudad de México, en tiempos de paz, nunca falta diversión barata. Hay revistas militares, procesiones religiosas y música que al lépero le encanta escuchar; bailes, corridas de toros, carreras de caballos e iglesias, a las que el lépero es muy aficionado y asiduo visitante, porque al lépero le encanta escuchar un buen sermón. El lépero no tiene opiniones políticas; puedes decir todo lo que quieras en su presencia sobre su país y sus leyes. No le importa si insultas al general Santa Anna, al general Bustamante, a Herrera o a Paredes. Mientras no digas nada ofensivo contra la Virgen de Guadalupe estás a salvo; pero en cuanto mencionas eso, él va a buscar su cuchillo. Durante las horas del día es tan inofensivo como cualquier criatura viviente que camina bajo el sol de Dios. No ataca a nadie durante el día e incluso tiene miedo de los borrachos, especialmente de los soldados borrachos, pero de noche el lépero no teme a nadie y especialmente a los soldados borrachos; estos son los primeros que atacará, clavando su daga en la espalda del hombre se lanzará a su bolsillo y si no encuentra mucho en él lo deja tirado y herido, pero si encuentra algo de valor, o una gran cantidad de dinero encima, lo mata y lo quita de en medio