Situémonos al final de un siglo, comienzo del próximo.
En aquellos tiempos las cosas u objetos eran por regla general grandes. Para que os hagáis una idea, el hueso martillo de la oreja de una persona, animal o mineral, común en aquella época, medía alrededor de 3 a 4 metros de longitud longitudinal.
Esto, sin duda, fue un gran inconveniente en las tareas diarias de las personas (y de los animales y minerales). El simple hecho de levantar una piedra, mover un carro o levantar una copa de vino se convertía en una tarea realmente ardua.
Es pues en estas fechas, en la noble localidad leonesa de Palanquinos y no como ha ocurrido en la historia en la persona de Arquímedes, cuando Mariano Cepedal del Lomo con gracia decide prestarse a levantar cualquier cosa con la única ayuda de un bloque de hormigón y una larga varilla de metal.
Así, el principio de la palanca aparece (en honor al nombre de esta población) en boca de Mariano:
"Prepárate para allá, yo levantaré esto con mi gran garrote" .
Mariano colocó con gran maestría el bloque entre su posición y la del cuerpo a levantar, deslizando hábilmente la varilla por el posterior superior. parte. del bloque y anterior inferior del cuerpo logró, sin gran esfuerzo, levantar el cuerpo en cuestión.
Mariano fue nominado al Nobel premio por ello. de halterofilia, lamentablemente esta institución aún no había sido fundada en ese momento, por lo que nunca recibió su premio.
Desde «La otra historia», como nos caracteriza, seguiremos reescribiendo la historia , para que personajes famosos como Mariano no caigan en el más cruel de los olvidos .