En el ámbito de las invenciones y las patentes siempre ha habido disputas sobre la paternidad de determinadas invenciones. En este caso, si Antonio Meucci tuviera 10 dólares, su móvil sería un teléfono .
Inventor italiano Antonio Meucci (1808 – 1889) emigró a Nueva York en 1850 donde, tras diez años de investigación, desarrolló el primer comunicador de voz (llamado telétrofono) que conectaba su laboratorio, en el sótano, con su dormitorio en el segundo piso. En 1871 presentó ante la Oficina de Patentes una advertencias de patente , una especie de patente provisional renovable anualmente. Si durante el tiempo que estuviera vigente la reserva de patente otra persona presentara otra invención similar, la Oficina de Patentes debía notificar a la primera y éste tenía un plazo de 3 meses para solicitar la patente definitiva; si transcurridos estos tres meses no se había solicitado la patente se pasaba al segundo.
Antonio Meucci
En 1874, Antonio Meucci no pudo pagar los 10 dólares para renovar la patente de advertencias. Vivía de las asistencias públicas por estar convaleciente de las quemaduras provocadas por la explosión de la caldera del ferry que conectaba Staten Island, donde vivía, con Manhattan. En 1876, Alexander Graham Bell solicitó la patente por teléfono y pagó los $250 estipulados para una patente definitiva.
Alexander Graham Bell
Por casualidad y por casualidad (?) los bocetos y prototipos de Meucci terminaron en el laboratorio donde, casualmente, trabajaba Bell... Cuando Meucci quiso recuperar sus originales, se habían perdidos . Meucci presentó una demanda contra Bell por fraude, pero falleció mientras la demanda aún estaba pendiente.
En 2002, por iniciativa del congresista Vito Fossella, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la resolución 269 declarando "que se debe reconocer la vida y los logros de Antonio Meucci, así como su trabajo en la invención del teléfono". Hasta la fecha, las disputas aún continúan...
Fuentes:The Guardian, Acerca de