Ramiro I era hijo del rey Vermudo I de Asturias. Su padre, que había ascendido al trono en el año 788, no duró mucho en el poder. Tres años después de hacerse con la corona sufrió una dura derrota frente a los musulmanes de Hisham I, hijo de Abderramán I, en Burbia. No está muy claro si este fracaso militar convenció a Vermudo de que no estaba apto para reinar o si fueron los notables del reino quienes le obligaron a hacerlo, pero lo cierto es que en el año 791 Vermudo abdicó y volvió a ser monástico. jubilación. Murió unos años después, en el año 797.
Su hijo, Ramiro, era sólo un bebé, por lo que sólo había una opción posible, especialmente en los tiempos difíciles que las expediciones árabes de Hisham habían anunciado. El trono pasó a manos de Alfonso II, que pasaría a la historia con el sobrenombre de "el Casto", y que supondría un punto de inflexión fundamental en el reino de Asturias (ver colaboración dedicada a él en la revista Descubre la Historia).
– El ascenso al trono de Ramiro I
Después de más de cincuenta años de reinado, murió sin descendencia Alfonso II el Casto, aunque la fecha, e incluso el año (842 u 843) de su muerte, es controvertida. Algunas fuentes apuntan a la posibilidad de que, ya durante los últimos años de su reinado, el futuro Ramiro I ejerciera algún tipo de responsabilidad al frente del reino, señalando dos posibilidades:la asociación al trono de Alfonso II en estilo visigodo o el dominio directo sobre alguna parte del reino, muy probablemente Galicia. Según Cádiz Álvarez
Algunos documentos fechados en la época del reinado señalan al príncipe Ramiro I como “regnante”, lo que plantea dudas sobre si no había esperado la muerte. de Alfonso II o, tal vez, hubo una regencia o una asociación al trono, citándose incluso un periodo de gobierno de Ramiro en Galicia. Los documentos, en todo caso, son copias extemporáneas de posibles originales […]. Nos hace preguntarnos si hubo un golpe de estado de Ramiro, si reinaron juntos por un tiempo, o reinaron en diferentes territorios peleando por el poder.
– La imposición de la «rama cántabra» en el trono de Asturias
El reinado de Ramiro I fue relativamente corto (ocho años) pero muy intenso. Tras la muerte de Alfonso II fue designado (o confirmado) como sucesor. Los autores no se ponen de acuerdo sobre cuál debió ser la relación entre Ramiro y Alfonso II. Para algunos, la relación entre ambos fue muy amistosa, ya que Alfonso debía su trono al padre de Ramiro, Vermudo I, quien se lo había cedido en el año 792. Sánchez Albornoz señala que "fue el rey diácono quien se lo dio (a Alfonso II) paso al solium real y se sabe que el Rey Casto agradeció tal gesto, viviendo amigablemente con él (Ramiro) durante muchos años».
Otros, en cambio, piensan que la sustitución de Alfonso en el trono de Vermudo no fue tan amistosa, y que ello fue motivo de enemistad entre el Rey Casto y el hijo de Vermudo, y los intentos de varios nobles (posiblemente simpatizantes de la rama de descendientes de don Pelayo, extinguida con Alfonso II) para impedir el regreso al trono de la rama de Fruela Pérez.
Con la coronación de Ramiro I se consolidó el trono a los descendientes de Fruela Pérez frente a la extinta línea de su hermano Alfonso I y, por tanto, del primer rey asturiano don Pelayo.
– La rebelión nepociana
Ramiro, que rondaba los cincuenta años cuando murió Alfonso, había enviudado de su primera esposa Urraca (que le había dado un hijo, el futuro Ordoño I), por lo que había decidido volver a casarse. Pero cuando abandonó Oviedo para buscar esposa en Bardulia, hubo un intento de hacerse con el poder por parte de un hombre llamado Nepociano, según algunas fuentes cuñado de Alfonso II, aunque lo más probable es que se tratara de algún pariente vasco de la madre. del rey fallecido. Nepociano fue proclamado rey con el apoyo de parte de la nobleza asturiana y vasca, y también de Castilla, como se desprende del documento de demanda que le presentó un tal Rebelio, que fue resuelto por Nepociano, cuyo parecer fue acatado.
Por su parte, Ramiro buscó ayuda de la nobleza gallego (por eso hay quien sostiene, como hemos visto, que ya gobernaba esa zona antes de la muerte de Alfonso II). Ambos ejércitos se enfrentaron en la zona de Cangas del Narcea y Nepociano fue derrotado, al parecer porque el ejército que había formado se negó a luchar por él. Huyó del campo de batalla, pero fue capturado en Piloña, cegado y encerrado en un monasterio. Desde allí siguió conspirando para que otros nobles lucharan por él, pero serían ferozmente perseguidos por Ramiro. Hay quien cita a Nepociano entre la lista de reyes de Asturias.
Destacan las crónicas del reinado de Ramiro:«Les sacó los ojos a los ladrones y acabó, por el fuego, con los hechiceros. Y rápidamente sometió y exterminó a los que tiránicamente se rebelaron contra él». Esta última mención se refiere no sólo a Nepociano, sino también a los intentos posteriores de los condes Aldoroito y Piniolo de hacerse con el trono, según algunas versiones con el apoyo de Nepociano. Aldoroito corrió la misma suerte que este (quedó cegado), pero a Piniolo le esperaba un destino mucho más cruel:él y sus siete hijos murieron por orden del rey.
La mención de las brujas en las crónicas seguramente hace referencia a los sacerdotes que continuaron practicando los ritos de las religiones paganas prerromanas que sobrevivirían en Asturias, a quienes parece que Ramiro mandó ejecutar en la hoguera, aunque no hay detalles al respecto. las acciones específicas del rey en tal sentido.
– La mítica batalla de Clavijo
La Crónica Rotensia narra que «con los sarracenos él Tuvo dos guerras, pero con la ayuda de Dios siempre salió victorioso”, aunque las fuentes árabes no hacen referencia a otro enfrentamiento distinto de una aceifa sobre León en los años 845-846 y otra sobre Álava en el año 848 sin precisar el resultado. . Relatos posteriores se remontan al año 844, en la zona de La Rioja, una batalla teñida de detalles sobrenaturales cuya veracidad el tiempo no sólo ha puesto en duda, sino que ha permitido afirmar que nunca tuvo lugar en los términos en que se desarrolló. Se narró:la batalla de Clavijo. Según una crónica del siglo XII, se trataría de un enfrentamiento en la zona de Nájera entre Ramiro I y un enorme contingente musulmán que obligó al rey asturiano a refugiarse en el castillo de Clavijo. Allí, según la leyenda, se le apareció el apóstol Santiago anunciándole la victoria del ejército del reino asturiano contra el infiel y, montado en su caballo blanco, como Santiago Matamoros. En agradecimiento, el rey instituyó el llamado "voto de Santiago", que obligaba a los cristianos a peregrinar a Santiago de Compostela. No es de extrañar que una batalla mítica se atribuya al fin de una costumbre no menos mítica:el tributo de las cien doncellas.
– Ataques vikingos
Durante el reinado de Ramiro I, una fuerza normanda (vikinga) desembarcó, estimada por algunas fuentes en ciento quince barcos y unos cinco mil hombres, primero frente a las costas de Gijón. (que abandonaron, no se sabe si porque tenían fuertes defensas o porque lo encontrado no les interesaba) y luego en el faro de Brecantino (La Coruña). Rechazados allí por el ejército de Ramiro (parece que el rey no estuvo presente en el enfrentamiento), los normandos se dirigieron al sur, hacia al-Andalus, primero hacia Lisboa y, posteriormente, tras pasar por Algeciras, remontaron el Guadalquivir hasta Sevilla. Allí causaron grandes daños durante casi mes y medio, fueron rechazados por los musulmanes de Abderramán II en la batalla de Tallades y regresaron a sus tierras, aunque un grupo de ellos, al parecer, tendría un final curioso, ya que se asentaron en la zona y se dedicaron a la ganadería y a la producción de queso.
– Joyas del arte prerrománico
Si por algo destaca el reinado de Ramiro I es por la construcción de grandes obras arquitectónicas del estilo conocido como prerrománico, que en honor a este monarca también se llamado «arte ramirense». Se trata de Santa María del Naranco, construida como palacio o para otros fines no religiosos y posteriormente consagrada como iglesia, y la iglesia de San Miguel de Lillo, en Oviedo. Algunas fuentes también le atribuyen la construcción de la iglesia de Santa Cristina, en Pola de Lena, aunque la mayoría cita a su hijo Ordoño I como impulsor de la misma.
– Muerte y sucesión de Ramiro I
Ramiro I murió en el año 850, tras ocho años de reinado convulso, como hemos visto. A su muerte le siguió su hijo Ordoño I, cuyo reinado estaría plagado de enfrentamientos con diversos enemigos... pero esa es otra historia.
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