Historia de Europa

El accidentado acceso al trono del rey Eduardo III de Inglaterra y la larga sombra de su reinado

El accidentado acceso al trono del rey Eduardo III de Inglaterra y la larga sombra de su reinado Entrada extraída del libro Los Plantagenets

La vida parece feliz para el futuro Eduardo III de Inglaterra. Es nieto de dos de los monarcas más formidables de su tiempo y el hijo mayor y heredero indiscutible del rey Eduardo II de Inglaterra. Parece que le basta con esperar tranquilamente a que su padre muera de muerte natural para heredar su reinado y legar un futuro brillante a sus descendientes. Empecemos por los abuelos. Por parte paterna, Eduardo I conocido como Longshanks (Piernas Largas) y como Martillo de los Escoceses, al que ya nos hemos referido en algunas entradas de este blog, al que nos referimos (Alejandro III de Escocia). Y por parte de madre, Felipe IV de Francia (apodado el Hermoso), uno de los más grandes monarcas franceses y conocido, entre otras cosas, por haber acabado con los Caballeros Templarios y haber quemado a su último Gran Maestre, Jacques de Molay. P>

Sin embargo, el ascenso al trono de nuestro protagonista fue mucho más accidentado de lo esperado, como consecuencia del desastroso reinado de su padre Eduardo II de Inglaterra y su relación con su madre, Isabel de Francia. P>

Eduardo II es víctima de la extraña ruleta rusa genética que define la personalidad de los miembros de la dinastía Plantagenet, que alterna monarcas de personalidad fuerte y arrolladora con reyes débiles y sometidos a los dictados del favorito en el poder. Eduardo II pertenece a esta segunda rama y es una nulidad como líder militar (sufre una derrota bochornosa contra los escoceses liderados por Robert The Bruce, aún más dolorosa cuando se es hijo del "martillo de los escoceses").

Además, Eduardo II humilla a los grandes señores del reino, al delegar el gobierno de la nación en varios favoritos (con los que aparentemente mantiene relaciones homosexuales) que desangran al país. El primero de ellos, Piers Gaveston, acaba desterrado por el Parlamento y ejecutado por el primo del rey Tomás de Lancaster cuando este regresa a Inglaterra. El segundo, Hugh Despenser, también es desterrado, pero a instancias del rey regresa a Inglaterra y juntos derrotan y ejecutan a Tomás de Lancaster, entre otros nobles rebeldes.

Esto provoca un nuevo levantamiento de los señores del Reino en 1326, liderados por Roger Mortimer con el apoyo de su amante, la reina Isabel (consciente de la falta de cuidados conyugales del rey). La rebelión triunfa, Despenser es ejecutado y Eduardo II hecho prisionero y muerto en extrañas circunstancias. Los rebeldes buscan el apoyo del heredero del reino, nuestro protagonista; pretenden utilizarlo como títere para legitimar su rebelión. Eduardo III es coronado rey, pero sólo de nombre. El país está en manos de Mortimer y Elizabeth, quien queda embarazada de su amante.

Pero entra en juego la ruleta rusa de la genética Plantagenet y Eduardo resulta ser de la rama fuerte de la familia. Espera el momento oportuno y, en 1330, se rebela, arresta y ejecuta a Mortimer, encarcela a su madre y efectivamente toma el poder.

En cuanto al legado de Eduardo III, no se puede decir que dejara a sus herederos un reino próspero y pacífico, aunque ello no es atribuible a nuestro protagonista, al menos no del todo.

Por un lado, durante su reinado se produjo el estallido de la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra durante más de un siglo como consecuencia de las aspiraciones de Eduardo III al trono francés (véase la entrada dedicada a la preeminencia de los varones sucesivamente en Francia).

Por otra parte, la muerte prematura de su hijo Eduardo acabará dando lugar a la Guerra de las Rosas entre las casas de York y Lancaster (véase la entrada dedicada a Eduardo el Príncipe Negro, que desangró internamente a Inglaterra durante más de treinta años, hasta el ascenso al trono del primer rey Tudor, Enrique VII.

Finalmente, su reinado fue testigo del estallido de una de las peores plagas de la historia, la Peste Negra, que acabó con gran parte de la población inglesa y estaba destinada a cambiar para siempre el sistema de relaciones entre los señores feudales y los siervos que cultivaban sus tierras.

Aunque las fuentes citadas a continuación incluyen referencias a diferentes libros que tratan los temas aquí reseñados, no quiero dejar de recomendar el interesante libro de Rebecca Gablé "El Rey de la Ciudad Púrpura", ambientado en la época de Eduardo III. P>

Imagen| Eduardo III de Inglaterra

Peter Ackroyd. Una historia de Inglaterra Volumen I (Fundamentos). Ed. Mcmillan, Londres. 1ª edición (2011)

Roy fuerte. La historia de Gran Bretaña. Ed. Pimlico, Londres. 1ª edición (1998)

Simón Schama. Una historia de Gran Bretaña. BBC Worldwide Limited, Londres. 1ª edición, cuarta reimpresión (2000)

Derek Wilson. Los Plantagenet, los reyes que hicieron Gran Bretaña. Quercus Edition Ltd., Londres. Edición de libro electrónico (2014)