En alguna entrada del blog hemos hablado de la guerra que con el nombre de guerra de las Rosas enfrentó en Inglaterra las casas de York y Lancaster en el siglo XV. Tras la Batalla de Tekesbury en 1471, la Casa de York logró imponerse a su rival y colocar definitivamente la corona a su pretendiente al trono:Eduardo IV.
Eduardo se había casado con la viuda Isabel Woodville, quien le dio diez hijos; Entre ellos se encontraban el heredero al trono Eduardo, su hermano Ricardo y nuestra protagonista Isabel. La línea sucesoria parecía asegurada y las disputas entre los posibles aspirantes a la corona, definitivamente zanjadas.
Sin embargo, la muerte de Eduardo IV en 1483 desencadenó uno de los períodos más convulsos y controvertidos de la historia de Inglaterra. El heredero al trono, Eduardo V, era menor de edad y en el testamento del rey nombraba regente al duque de Gloucester, Ricardo, hermano del difunto monarca. A partir de ahí, los acontecimientos se precipitan:Ricardo va al encuentro de la comitiva que lleva al futuro Eduardo V a Londres para ser coronado y una vez en la capital instala al heredero en la Torre de Londres; por su parte, la reina viuda Isabel Woodville se refugia en la Abadía de Westminster donde se refugia con el resto de sus hijos e hijas, aunque posteriormente permite que su segundo hijo se instale con su hermano en la Torre de Londres.
Es entonces cuando tienen lugar dos hechos que aún hoy suscitan enorme polémica y sobre los que siguen corriendo ríos de tinta:
– Por un lado, el Parlamento aprueba un decreto (el llamado Titulus regius) por el cual se declara que Eduardo IV había contraído matrimonio con anterioridad a su unión con Isabel Woodville y por lo tanto este matrimonio es nulo y todos los descendientes de la pareja, ilegítimos; en consecuencia, Ricardo Duque de Gloucester es proclamado rey con el nombre de Ricardo III.
– Por otro lado, los dos hijos de Eduardo IV que estaban alojados (no cautivos) en la Torre de Londres (que entonces era una residencia real y no una prisión) desaparecen misteriosamente y nunca más se supo de ellos. A día de hoy sigue siendo un misterio qué pasó con los "príncipes de la Torre", o más bien quién fue el responsable de su muerte (porque parece claro que fueron asesinados).
La figura de Ricardo III es probablemente la más controvertida de la historia de Inglaterra y hasta el día de hoy sigue generando un acalorado debate; No sólo fue acusado de asesinar a los príncipes de la Torre, sino también de querer casarse con su hermana, su sobrina y nuestra protagonista Isabel de York.
Sea como fuere, lo cierto es que los movimientos de Ricardo para acceder al poder le granjearon la enemistad de buena parte de sus súbditos y muy concretamente de dos poderosas facciones de la nobleza inglesa:los Woodville, que los habían desposeído de sus derechos sucesorios, y los rescoldos de la facción derrotada de los Lancaster, liderada por Margaret Beaufort y su hijo, exiliado en Francia, Enrique Tudor.
Isabel Woodville y Margaret Beaufort unieron fuerzas para derrocar a Ricardo y como parte de sus acuerdos acordaron casarse con la hija del primero y de Eduardo IV, Isabel, y el hijo del segundo, Enrique, que regresaba de su exilio en Francia para derrotar a Ricardo. III en 1485 en la batalla de Bosworth. Enrique Tudor tomó posesión de la corona, inaugurando el reinado de esta dinastía con el nombre de Enrique VII.
En 1486 se consumó el matrimonio entre Isabel de York y Enrique Tudor. Así, la sangre de la dinastía Plantagenet y de la Casa de York, heredada por Isabel de su padre Eduardo IV, converge con la de la Casa de Lancaster y la familia Tudor, heredada por Enrique VII de sus padres Margarita Beaufort y Edmund Tudor. Quien quiera saber más sobre el origen de la dinastía Tudor puede leer el artículo que dedicamos en el blog a Catalina de Valois.
Del matrimonio entre Enrique VII e Isabel de York nacieron dos hijos:Arturo y Enrique (el futuro Enrique VIII). Arturo murió antes de poder heredar la corona de su padre, pero antes de morir se casó con la hija de los Reyes Católicos, Catalina de Aragón. Después de la muerte de Arturo, Catalina fue entregada en matrimonio a su hermano Enrique VIII. Los desacuerdos de este matrimonio y la influencia que sobre ellos tuvo el matrimonio entre Arturo y Catalina conforman una historia fascinante, pero esa es otra historia.
Son muchas las obras que tratan del periodo histórico narrado en esta entrada. Sobre la guerra de las Rosas y una visión de Ricardo III diferente a la dada por Shakespeare, recomiendo la serie de novelas que escribió Sharon Kay Penman con el título de "La Guerra de las Rosas". Y sobre el misterio de los príncipes de la Torre, la novela policíaca de Josephine Tey "La Hija del Tiempo" es muy curiosa e interesante.
Imagen| Isabel de York
Dan Jones. Plantagenets, los reyes que hicieron Inglaterra .. Ed. William Collins, Londres. 1ª edición (2103)
Peter Ackroyd. Una historia de Inglaterra Volumen I (Fundamentos) .Ed. Mcmillan, Londres. 1ª edición (2011)
Roy Strong. La historia de Gran Bretaña .Ed. Pimlico, Londres. 1ª edición (1998)
Simon Schama. Una historia de Gran Bretaña. BBC Worldwide Limited, Londres. 1ª edición, cuarta impresión (2000)
Derek Wilson. Los Plantagenet, los reyes que hicieron Gran Bretaña . Quercus Edition Ltd., Londres. Edición de libro electrónico (2014)
Matthew Lewis. La Guerra de las Rosas:Los actores clave en la lucha por la supremacía . Publicación Amberley, Stroud. 1ª edición (2015)