Entrada extraída del libro El Plantagenet.
Que un rey de Inglaterra sea coronado en Dublín y no en Londres es extraño; que fuera cuando ya había un monarca de Inglaterra coronado y reinando en Londres lo es aún más. Sin embargo, por extraño que parezca, este suceso tuvo lugar en Irlanda en 1487. Su protagonista es conocido como El Rey de Dublín, y las especulaciones sobre si fue un impostor o el legítimo heredero de la corona inglesa han continuado hasta el día de hoy. /P>
Situémonos; Los habituales del blog están familiarizados con el conflicto dinástico conocido como la Guerra de las Rosas que enfrentó a las casas de York y Lancaster por el trono inglés. La sucursal de York, tras la muerte de Ricardo Plantagenet, estuvo representada por sus hijos Eduardo, Jorge y Ricardo. La de Lancaster por el rey Enrique VI. En un momento del conflicto, un miembro de la Casa de York, Jorge Duque de Clarence, se pasa al lado de los Lancaster por supuestos agravios recibidos de su hermano Eduardo. En compensación, en 1470 Enrique VI nombró a Jorge su heredero en caso de la muerte de su propio hijo.
Entre 1470 y 1485 murieron Enrique VI, su hijo y su heredero, Eduardo de la casa de Lancaster y Jorge, duque de Clarence. Esto convierte al hijo de este último, llamado Eduardo, en heredero de los derechos al trono de Lancaster. La cuestión parece sin importancia, porque en esa época gobierna en Inglaterra la casa de York, a través de los dos hermanos de Jorge Duque de Clarence; primero Eduardo IV y, a su muerte en 1483, Ricardo III.
Sin embargo, en 1485 se produce una rebelión contra Ricardo III encabezada por Enrique Tudor, que pretende hacer valer su derecho al trono a través de su madre, Margaret Beaufort, miembro de la casa de Lancaster. Enrique invade Inglaterra desde Francia, derrota a Ricardo III en la batalla de Bosworth en la que muere y es coronado rey de Inglaterra como Enrique VII.
El nuevo rey es consciente de que sus derechos dinásticos son más que cuestionables y para consolidarlos se casa con la hija de Eduardo IV de York, Isabel. Pero sabe que hay alguien que tiene más derechos al trono que él, tanto desde la perspectiva de la Casa de York como de la Casa de Lancaster. Es el hijo de Jorge de Clarence, Eduardo, investido con el poderoso título de Conde de Warwick. Eduardo sería el legítimo heredero de la casa de York al ser descendiente del hermano de los reyes Eduardo IV y Ricardo III y también de la casa de Lancaster, ya que su padre fue designado heredero por Enrique VI en caso de muerte de su hijo. . .
Enrique VII, consciente de la amenaza, ordena que el conde de Warwick se presente en Londres, donde es confinado en la Torre hasta su ejecución por traición en 1499. Y aquí comienza la leyenda:el 24 de mayo de 1487, un hombre que dice ser El verdadero hijo de Jorge de Clarence, apoyado por numerosos partidarios de la Casa de York liderados por el Conde de Lincoln, es coronado Rey de Inglaterra en Dublín. La propaganda Tudor niega desde el principio que este personaje sea hijo del duque de Clarence y señala que se trata de un impostor llamado Lambert Simnel.
El supuesto Eduardo VI invade Inglaterra el año siguiente, pero es derrotado en la batalla de Stoke Field (consulte el enlace para conocer lo que sucedió en la batalla y el destino posterior de Simnel).
Sólo la localización de los restos del Conde de Warwick ejecutados en la Torre de Londres en 1499 y el análisis de su ADN contribuirían a arrojar luz definitivamente sobre el enigma del hombre conocido como El Rey de Dublín.
Imagen| Enrique VII