1. Agricultura: A algunos judíos se les permitió trabajar en la agricultura, particularmente en zonas rurales remotas o en granjas de propiedad judía.
2. Mano de obra no calificada: A los judíos a veces se les permitía realizar trabajos no calificados o de baja categoría en diversas industrias, aunque sus oportunidades eran limitadas en comparación con los trabajadores no judíos.
3. Ciertas Profesiones: Un pequeño número de judíos pudo seguir trabajando en profesiones específicas, como medicina, odontología y derecho, pero enfrentaron muchas restricciones y solo podían atender a clientes judíos.
4. Servicio Nacional: Algunos judíos encontraron empleo como trabajadores domésticos en hogares judíos o como amas de casa, cocineras o niñeras.
5. Industria del entretenimiento: Unos pocos judíos pudieron trabajar en la industria del entretenimiento, principalmente como músicos, actores o artistas de teatro.
Sin embargo, es esencial señalar que los judíos fueron cada vez más excluidos de la mayoría de las profesiones y trabajos a medida que las políticas nazis se volvieron más agresivas. Se vieron obligados a abandonar la función pública, la educación, los medios de comunicación, la banca y muchos otros campos. En 1939, la gran mayoría de los judíos en Alemania estaban desempleados o trabajaban en empleos precarios y mal pagados con oportunidades limitadas de avance. Su situación económica se deterioró significativamente debido a las medidas discriminatorias impuestas por el régimen nazi.