Catalina pretendía reducir la dependencia de Rusia de los productos extranjeros y establecer una economía autosuficiente. Durante su reinado, promulgó políticas que alentaron el crecimiento de la manufactura, la agricultura y la infraestructura nacionales, en lugar de depender del comercio exterior.
Aunque Rusia participó en cierto comercio internacional, su atención se centró principalmente en el desarrollo de rutas comerciales internas, la modernización de los sistemas de transporte y la promoción de la explotación de los recursos naturales dentro del país.
Las políticas de Catalina estaban diseñadas para hacer a Rusia menos dependiente de los mercados extranjeros, no para competir con otros comerciantes. Por lo tanto, la escala de su carga no tuvo un impacto significativo en las actividades comerciales de otros comerciantes de Rusia u otras regiones.