1. Ganancia comercial y económica:
- Acceder a recursos valiosos como oro, plata, especias y otros productos exóticos.
- Establecer rutas comerciales hacia Asia, evitando el monopolio del Imperio Otomano.
- Búsqueda de nuevos mercados para los productos manufacturados europeos.
2. Celo religioso:
- Difundir el cristianismo a regiones no cristianas.
- Tratar de recuperar Tierra Santa (Jerusalén) del control musulmán (cruzadas)
3. Poder político y prestigio:
- Ampliación de las reivindicaciones territoriales y aumento del prestigio nacional.
- Establecer imperios coloniales para demostrar poder e influencia.
4. Curiosidad y exploración científica:
- Descubrir y mapear nuevas tierras, trazar líneas costeras y estudiar geografía.
- Avanzar en el conocimiento sobre el mundo natural, la flora y la fauna.
5. Avances tecnológicos:
- Las innovaciones en construcción naval, navegación y cartografía permitieron viajes más largos y eficientes.
6. Presión demográfica y económica:
- Superpoblación y falta de oportunidades económicas en Europa.
7. Curiosidad cultural:
- Deseo de encontrar y aprender sobre diferentes culturas y civilizaciones.
Si bien estas fueron algunas de las motivaciones principales, es importante señalar que los exploradores individuales pueden haber tenido objetivos y razones específicas para embarcarse en sus expediciones, y las motivaciones también podrían cambiar con el tiempo.