Negociaciones del Tratado de Brest-Litovsk: El gobierno provisional ruso intentó negociar un tratado de paz con Alemania, conocido como Tratado de Brest-Litovsk. Sin embargo, los alemanes exigieron duras condiciones que implicaban ceder importantes territorios, lo que impulsó al gobierno ruso a seguir luchando para evitar estas pérdidas.
Presión política: Varios grupos políticos y facciones dentro del gobierno provisional apoyaron la continuación de la participación en la guerra. Estos grupos incluían liberales, conservadores y socialistas moderados que creían que Rusia tenía la obligación moral de cumplir sus compromisos con los aliados en tiempos de guerra.
Presión aliada: Las potencias aliadas, incluidas Gran Bretaña y Francia, ejercieron presión sobre el gobierno provisional ruso para que continuara luchando en el frente oriental. Proporcionaron ayuda financiera y militar y querían evitar que Alemania obtuviera una ventaja significativa al sacar a Rusia de la guerra.
Miedo a la dominación alemana: Algunos miembros del gobierno ruso temían que una victoria alemana resultaría en el dominio de Europa del Este por parte de Alemania. Al continuar la lucha, esperaban evitar este resultado.
Movilización de la opinión pública: El gobierno provisional utilizó propaganda para movilizar el apoyo público al esfuerzo bélico. Describieron el conflicto como una lucha contra el imperialismo alemán y enfatizaron la necesidad de proteger los intereses rusos.