Primera Cruzada:El Papa Urbano II convocó la Primera Cruzada en 1095 en el Concilio de Clermont para recuperar Tierra Santa del control musulmán.
Tercera Cruzada:El Papa Gregorio VIII inició la Tercera Cruzada en respuesta a la captura de Jerusalén por Saladino en 1187.
Ambas cruzadas tenían como objetivo recuperar el control de Jerusalén y otros lugares cristianos sagrados en Tierra Santa.
En términos de sus objetivos y motivaciones religiosas, la Primera y la Tercera Cruzadas compartieron similitudes ya que se llevaron a cabo para proteger y expandir la presencia e influencia cristiana en la región.
Sin embargo, es importante señalar que el movimiento cruzado evolucionó y enfrentó varios desafíos y reveses entre estos dos períodos, lo que llevó a diferencias en sus estrategias y resultados.