Los franceses se opusieron a la expansión de los colonos británicos hacia el oeste por varias razones:
Rivalidad en el comercio de pieles: Los franceses dependían en gran medida del comercio de pieles con las tribus nativas americanas en el valle del río Ohio y la región de los Grandes Lagos. Temían que los colonos británicos que se mudaran a estas áreas perturbarían sus relaciones comerciales y económicas con los nativos americanos.
Reclamaciones Territoriales: Los franceses vieron las nuevas tierras del oeste como una extensión de su propio territorio colonial en Canadá. Habían establecido varios asentamientos y puestos comerciales en la región y eran cautelosos con los colonos británicos que invadían sus territorios reclamados.
Control Político: La expansión de los asentamientos británicos planteó una amenaza al control francés en América del Norte. Tener al colono británico cerca de la frontera de Canadá podría socavar la influencia francesa sobre las tribus nativas americanas y debilitar su posición militar en la región.
Alianzas con los nativos americanos: Los franceses tenían fuertes alianzas con numerosas tribus nativas americanas, en particular las naciones algonquinas e iroquesas, que también se oponían a la expansión británica. Estas tribus estaban preocupadas porque los colonos británicos se apoderaran de sus tierras y alteraran el equilibrio de poder en la región.