Abordar la desigualdad económica:
Reducir la importante brecha entre las elites ricas y las masas empobrecidas mediante reformas y una distribución más justa de los recursos habría aliviado las tensiones sociales.
Prudencia financiera:
La monarquía podría haber practicado la moderación financiera, evitando gastos extravagantes y acumulando deudas masivas que agotaron el tesoro.
Representación en el Gobierno:
Permitir una mayor representación política y participación de la gente común en la toma de decisiones podría haberles dado voz y una sensación de control sobre su destino.
Reformas moderadas:
Las reformas políticas y sociales graduales podrían haber abordado cuestiones de censura, desigualdad y falta de derechos básicos, desactivando así parte del fervor revolucionario.
Tolerancia religiosa:
Eliminar la persecución religiosa y otorgar más libertad de culto a los protestantes y otras minorías habría reducido el descontento religioso.
Revisión del sistema tributario:
Reformar el complejo e injusto sistema tributario, que gravaba desproporcionadamente a las clases bajas, podría haber aliviado algunas de las dificultades económicas que enfrentan los ciudadanos comunes.
Ideas sobre educación e iluminación:
Promover la educación y permitir una circulación más amplia de las ideas de la Ilustración habría fomentado el pensamiento crítico y desafiado la autoridad absoluta de la monarquía y los privilegios de la aristocracia.
Controles sobre Royal Power:
Establecer límites constitucionales a los poderes de la monarquía podría haber evitado el abuso de autoridad y asegurado un equilibrio de poder entre las diferentes ramas del gobierno.
Distribución eficiente de alimentos:
La implementación de métodos eficaces para la distribución de alimentos y la prevención de la escasez de alimentos habría aliviado las tensiones causadas por el hambre y las privaciones.
Comunicación con los ciudadanos:
Establecer canales claros de comunicación entre el gobierno y el público podría haber permitido ventilar y abordar las quejas antes de llegar a un punto de ebullición.