[…] La pequeña fullonica de Quinto Talpicio se encontraba tras el muro de la necrópolis. Iónica, la esclava de mayor confianza de Aula Plautia —una de las matronas más admiradas y envidiadas de toda la colonia— había venido esa mañana a recoger las túnicas y hábitos de su amo. Talpicio tenía muy mal