Wilson inicialmente declaró la neutralidad de Estados Unidos en 1914. Continuó manteniendo esta política durante la mayor parte de la guerra, a pesar de la creciente presión de ambos lados.
Wilson mantuvo su neutralidad por varias razones:
* Creía que Estados Unidos debería permanecer imparcial en el conflicto, ya que no tenía ningún interés directo en el resultado.
* Temía que entrar en la guerra dañaría la economía estadounidense y aumentaría aún más la violencia.
* Estaba convencido de que la guerra era una lucha entre potencias imperiales europeas y que Estados Unidos no debía involucrarse.
Sin embargo, la política de neutralidad de Wilson se volvió cada vez más difícil de mantener a medida que avanzaba la guerra.
Los ataques de submarinos alemanes a buques mercantes estadounidenses, el hundimiento del Lusitania y el Telegrama Zimmerman contribuyeron al creciente apoyo público a la intervención en la guerra.
En abril de 1917, Wilson finalmente pidió al Congreso que declarara la guerra a Alemania. Sostuvo que Estados Unidos tenía que entrar en la guerra para "hacer que el mundo fuera un lugar seguro para la democracia".