Conservadurismo:Francisco Fernando era conocido por sus opiniones conservadoras y tradicionalistas, oponiéndose a las reformas liberales y abogando por la preservación de la estructura autocrática de la monarquía austrohúngara. Esta postura a veces chocó con los crecientes deseos de liberalización política y democracia.
Políticas eslavas:algunos grupos minoritarios eslavos dentro del Imperio austrohúngaro consideraban a Francisco Fernando como antieslavo. Según se informa, apoyaba la supremacía alemana dentro del imperio y consideraba que algunos movimientos eslavos eran perjudiciales para la unidad del estado.
Carácter personal:Algunos veían la personalidad de Francisco Fernando como autoritaria y propensa a la arrogancia. Además, su esposa, Sofía, duquesa de Hohenberg, no era de linaje real, y su matrimonio morganático provocó la desaprobación entre ciertos círculos aristocráticos.
Preocupaciones por la sucesión:Como sobrino del emperador Francisco José y presunto heredero al trono, algunos veían a Francisco Fernando como un factor desestabilizador potencial. Su adhesión podría generar temores de un mayor conservadurismo y conflicto con grupos nacionalistas que luchan por la autonomía o la secesión del imperio.
Rivalidades políticas:dentro del complejo panorama político de la monarquía de los Habsburgo, algunas facciones y oponentes políticos podrían haber tenido rivalidades o diferencias personales con Francisco Fernando, dando forma a percepciones negativas sobre él.
En general, estas percepciones y preocupaciones contribuyeron al sentimiento negativo hacia el archiduque Francisco Fernando entre grupos específicos, aunque es importante señalar que la opinión pública sobre él variaba y algunos segmentos de la sociedad todavía mantenían lealtades y opiniones positivas sobre la dinastía de los Habsburgo.