El liderazgo y la membresía del Partido Bolchevique, que más tarde se convirtió en el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), eran diversos e incluían personas de diferentes orígenes étnicos y religiosos. Entre los líderes del partido y del país estuvieron representados rusos, ucranianos, georgianos y otras etnias.
Las figuras judías más destacadas asociadas con el primer régimen soviético incluyen a León Trotsky, Lev Kamenev, Grigory Zinoviev y Yakov Sverdlov. Sin embargo, su identidad judía no jugó un papel decisivo en sus creencias políticas ni en su ascenso a la prominencia.
Es esencial reconocer que el antisemitismo fue un problema generalizado en la sociedad rusa y soviética a lo largo de la historia, y que el pueblo judío enfrentó discriminación y prejuicios. Si bien hubo períodos de relativa tolerancia, también hubo períodos de intensa persecución, incluidas las notorias políticas antisemitas durante la era estalinista.
Atribuir la culpa de los fracasos del comunismo o atribuir su liderazgo únicamente a los judíos es engañoso y simplifica demasiado los complejos factores históricos, sociales y políticos que dieron forma al desarrollo de la Unión Soviética.