El agua que llegaba a la ciudad de Roma a través de los acueductos se almacenaba en grandes depósitos desde donde se distribuía a panaderías, casas, baños... El agua sobrante de estos usos prioritarios acabó en la red de alcantarillado:la Cloaca Máxima . Su construcción se inició en el siglo VI a.C. por el rey Tarquinio y ampliada varias veces en siglos posteriores, recogía las aguas residuales de las casas -lógicamente, esta red no cubría toda Roma y mucho menos las zonas de las clases más bajas- y de las letrinas públicas (letrinae publicae) para llevarlos al río Tíber. El problema fue cuando las aguas residuales volvieron a su origen... debido a la crecida del Tíber.
Decenas de letrinas públicas estaban distribuidas estratégicamente en la ciudad de Roma (en el siglo IV había 144 con más de 4.000 plazas ) para satisfacer las necesidades fisiológicas de los ciudadanos. Estas letrinas consistían en un frío banco de mármol con varios huecos en los que sentarse a evacuar y bajo ellos la corriente de agua que arrastra la materia fecal. Como papel higiénico, en las letrinas públicas los romanos utilizaban un palo con una esponja de mar (spongia) en un extremo. . Y ahora que tenemos una idea del interior, veremos los peligros de usarlos...
- Como no había separación entre los agujeros, había que compartir esos momentos de intimidad con desconocidos y no te cuento nada si eran ellos quienes entablaban conversación.
- En teoría, después de usar la esponja había que enjuagarlo y limpiarlo para el siguiente, y cambiarlo de vez en cuando. Siéntate a hacer tus necesidades y comprueba que la espongia Debería haberse cambiado hace mucho tiempo...
- Y lo más peligroso para la integridad física... Existía la curiosa costumbre de unos gamberros de tirar un ovillo de lana ardiendo a las alcantarillas si te pillaban con el culo en el agujero...
Y si los romanos utilizaron su arte y talento a la hora de canalizar, distribuir y utilizar el agua, también lo hicieron a la hora de reciclarla. En las letrinas que la alta sociedad tenía en sus casas se reciclaba el agua utilizada en los baños privados para los sanitarios, y en las casas no tan acomodadas, pero que también contaban con letrinas, estas se ubicaban cerca de las cocinas para reciclar el agua. con el que lavaban los utensilios de cocina.
Fuentes:Antigua Roma – Philip Matyszak, Ciencia y tecnología en el mundo romano antiguo – Álvaro Vitores Glez.