Desde la perspectiva de los gobiernos alemán y japonés, la Ley de Préstamo y Arrendamiento era una gran amenaza. Significaba que Estados Unidos, que anteriormente había sido neutral en la Segunda Guerra Mundial, ahora apoyaba activamente la causa aliada. Esto hizo mucho más difícil para Alemania y Japón ganar la guerra. Además, la Ley de Préstamo y Arrendamiento permitió a Estados Unidos aumentar su propia fuerza militar, lo que amenazó aún más a Alemania y Japón.
Como resultado, los gobiernos alemán y japonés hicieron todo lo posible para intentar impedir la aprobación de la Ley de Préstamo y Arrendamiento. Presionaron al Congreso de los Estados Unidos e incluso amenazaron con declarar la guerra a los Estados Unidos si se aprobaba la ley. Sin embargo, sus esfuerzos no tuvieron éxito y la Ley de Préstamo y Arrendamiento se aprobó el 11 de marzo de 1941.