La participación del Imperio Otomano en la guerra fue impulsada por varios factores, entre ellos:
- Panislamismo: El Imperio Otomano era el líder del mundo islámico y se consideraba el protector de todos los musulmanes. El panislamismo, una ideología que enfatizaba la unidad y la fuerza del mundo islámico, era popular en el Imperio Otomano y la guerra se consideraba una forma de defender el Islam contra la invasión de las potencias europeas.
- Ambiciones territoriales: El Imperio Otomano estaba ansioso por recuperar territorios perdidos en conflictos anteriores, particularmente los Balcanes y el norte de África. La guerra brindó al imperio la oportunidad de recuperar estos territorios perdidos y expandir su influencia en el Medio Oriente.
- Intereses económicos: El Imperio Otomano era económicamente débil y la guerra ofrecía oportunidades de beneficio económico. El gobierno otomano esperaba que la guerra traería nuevas oportunidades comerciales y crecimiento económico.
- Presión de Alemania: El Imperio Otomano tenía una estrecha alianza con Alemania, que era la principal potencia detrás de las Potencias Centrales. Alemania presionó a los otomanos para que se unieran a la guerra y el gobierno otomano estaba preocupado por las consecuencias de negarse.
Una vez que comenzó la guerra, el Imperio Otomano enfrentó importantes desafíos. El ejército del imperio no estaba bien equipado ni entrenado, y los líderes otomanos cometieron varios errores estratégicos. Como resultado, los otomanos sufrieron una serie de derrotas en varios frentes, incluidos los Balcanes, el Cáucaso y Oriente Medio.
La participación del Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial tuvo un impacto devastador en el imperio. La guerra provocó la pérdida de millones de vidas, el colapso de la economía otomana y el desmembramiento del imperio. El Imperio Otomano se rindió oficialmente en octubre de 1918 y, al año siguiente, el gobierno otomano fue reemplazado por una nueva república turca.