La causa más importante del éxodo irlandés fue la Gran Hambruna, que resultó de una plaga de la papa que devastó la principal fuente de alimentos de Irlanda. La hambruna provocó hambre, enfermedades y muerte generalizadas, lo que obligó a millones de irlandeses a abandonar su tierra natal en busca de alimentos y una vida mejor.
Factores económicos:
Irlanda enfrentó graves problemas económicos durante el siglo XIX. La economía del país dependía en gran medida de la agricultura y la pérdida de la cosecha de patatas durante la hambruna exacerbó la pobreza y el desempleo existentes. Muchos irlandeses vieron la emigración como la única forma de escapar de estas duras condiciones económicas.
Opresión política:
Irlanda estuvo bajo dominio británico durante este período y muchos irlandeses se sintieron oprimidos y discriminados. El gobierno británico implementó políticas que favorecían a los terratenientes protestantes sobre la población irlandesa predominantemente católica. Esta tensión política y religiosa contribuyó al deseo de abandonar Irlanda por un lugar donde pudieran tener mayor libertad e igualdad.
Factores sociales:
La sociedad irlandesa estaba profundamente estratificada, con una división significativa entre propietarios e inquilinos. Muchos inquilinos vivían en la pobreza y estaban sujetos a un trato severo por parte de los terratenientes. La emigración ofreció una oportunidad para escapar de estas condiciones sociales opresivas y buscar un nuevo comienzo en una nueva tierra.
Factores de atracción:
Estados Unidos e Inglaterra ofrecían oportunidades que Irlanda no tenía en ese momento. Estos países estaban experimentando una rápida industrialización y urbanización, creando una demanda de mano de obra. Muchos irlandeses se sintieron atraídos por las perspectivas laborales, los salarios más altos y los mejores niveles de vida que ofrecían Estados Unidos e Inglaterra.