Los primeros cónsules fueron Lucio Junio Bruto y Lucio Tarquinio Colatino, elegidos en el 509 a.C. El cónsulado siguió siendo el cargo más alto de la República Romana hasta el final de la República en el 27 a.C. Después de la caída de la República, el consulado continuó como cargo ceremonial bajo el Imperio Romano.
Los cónsules fueron elegidos mediante un complejo sistema de votación diseñado para garantizar que tanto los patricios como los plebeyos estuvieran representados. El pueblo romano se dividió en 193 centurias, cada una de las cuales tenía un voto. Los siglos se dividieron en seis clases, según la riqueza y el estatus social. La primera clase, formada por los ciudadanos más ricos, tenía 98 siglos, mientras que la sexta clase, formada por los ciudadanos más pobres, tenía sólo un siglo.
La elección de los cónsules se realizaba en julio de cada año. Los candidatos a cónsul eran nominados por el Senado y luego hacían campaña para el cargo pronunciando discursos y reuniéndose con los votantes. Las elecciones se celebraron en el Campo de Marte, un campo en las afueras de la ciudad de Roma.
Los cónsules tomaban posesión de sus cargos el 1 de enero de cada año. Se les entregaron las fasces, un haz de varas que simbolizaban su autoridad. Los cónsules también tenían el poder de vetar las decisiones de los demás y también podían ser acusados por el Senado romano.
Los cónsules eran responsables de una amplia gama de funciones, entre ellas:
* La administración de justicia:Los cónsules presidían los tribunales y conocían de los casos en materia penal y civil.
* El mando del ejército:Los cónsules eran los comandantes en jefe del ejército romano. Dirigieron el ejército en la batalla y fueron responsables de la defensa de Roma.
*La conducción de la política exterior:Los cónsules eran los encargados de negociar tratados con países extranjeros y de declarar la guerra.
Los cónsules también eran responsables de otras funciones, incluido el mantenimiento del orden público, la supervisión de las obras públicas y la administración de las provincias.
El cónsulado era un cargo poderoso y, a menudo, se utilizaba como trampolín hacia otros altos cargos en la República Romana. Muchos cónsules llegaron a ser senadores, gobernadores e incluso emperadores.